TE DESEO (Omegaverse) (CATRADORA)

CAPÍTULO 35 - Sólo contigo

Catra se quedó en su cuarto durmiendo, mientras Adora y Scorpia estaban abajo merendando con el televisor en algún programa de fondo. La situación era algo extraña, no se podía decir incómoda, pero sí sacada de contexto. ¿Qué hacían ahí? Cuidar de Catra claro, pero todo era muy raro.

"¿Qué haremos con los entrenamientos?" - Por fin Scorpia decidió sacar un tema de conversación.

"¿A qué te refieres?"

"Hoy nos lo hemos saltado."

"Bow le explicó al entrenador. Podemos recuperarlo tranquila."

"¡Así se habla capi!" - meditó un poquito, observando a la otra mientras escuchaba el programa de le tele. - "¿Cómo te encuentras?" - la pilló justo dándole un mordisco al bocadillo. Adora, se tapó la boca, intentando masticar todo lo que se había metido, a veces engullía como los patos, parecía que le iban a robar la comida, y la sorpresa de la pregunta no ayudó. Medio ahogándose pudo pasar la bola por el gaznate, dejando espacio al aire para poder hablar.

"Uff, que me asfixio, ay..." - tosía un poco. - "¿Por qué la repentina pregunta?"

"Sólo quería saber..." - juntaba las manos para ocultar su nerviosismo. - "Si estamos bien. Me refiero que si ahora me odias, o no quieres juntarte conmigo."

"¿Cómo dices eso? Claro que no. Estamos bien, tranquila." - dijo sonriendo mientras le acercaba el puño a modo de colegueo, que gustosamente aceptó la otra.

"Que alivio, es que hoy he sobreactuado demasiado. Creo que he pasado una línea que no debería."

"No te preocupes, hoy ha sido un día peculiar."

"Y que lo digas. Cuando se lo cuente a Perfuma... espera, ¡¡Perfuma!!" - Se levantó rápido, moviendo la mesa sin querer por su gran masa. - "Ayy, ¡se me olvidó!"

"¿Qué pasa?"

"Había quedado hoy en recogerla y llevarla a su casa, que sus padres están fuera. Ayy, ¿Cómo se me olvidó? ¡Vaya día! ¡¡Vaya día!!" - cogió lo poco que tenía allí, revisando que no se olvidara nada. - "¿Qué hora es? Uff, me da tiempo. ¡Sí! Perfecto, menos mal que me acordé. Está bastante alejado. Madre mía. Adiós Adora, hablame si pasa algo. Luego nos vemos. ¡Ay, que mal!"

Y así se fue, con prisas y dejando un silencio horrible, en aquella casa, que hacía mucho no visitaba, que tanto había cambiado. Ya no la sentía familiar. Se quedó mirando a la puerta, dándose cuenta que nuevamente se había quedado a solas con la muchachita que estaba arriba descansando. ¿Por qué todo era tan raro en su relación? Hace unos días era ella la que estaba herida descansando en el camastro. Siendo ahora al revés.

Quería subir a ver cómo estaba, pero la sensación de poder volver a ser rechazada se lo impedía. Así que fue a la cocina, preparando algo sencillo y fácil de comer, para con la excusa, entrar en la habitación.

Enfrente de la puerta, con una bandeja repleta de todo lo que se le ocurrió, se quedó plantada. Estuvo ahí unos minutos hasta que tuvo valor de dar unos suaves toques para avisar de su inminente entrada. Esperó un poco por si había respuesta, pero como supuso, no hubo.

Entró sigilosamente, que no le sirvió de nada, pues casi se le cae todo lo que llevaba encima. Hizo un gran estruendo con los cubiertos, rompiendo todo el encanto que podría haber tenido. Se quedó estática, con el pensamiento de que la chica seguía durmiendo. Pero pronto noto cómo el bulto en la cama se movía, incorporándose suavemente, dirigiendo su voz hacia la puerta.

"Pareces un elefante en una chatarrería." - a Catra le gustaba mucho remarcarle los defectos a la princesita, disfrutaba con sus torpezas y sus muestras de incompetencia, ya que era el único momento en que sentía que podía alcanzarla, pues dejaba de parecer perfecta, aunque a sus ojos seguía siéndolo.