CAPÍTULO 30 - Pídemelo... (+18)

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El viernes pasado, después del incidente con Prime, la fiesta aunque algo más decaída siguió. Mermista se hallaba más beoda de la cuenta. Apenas andaba derecha.

"Sirenita mía. Ya has bebido más de la cuenta. Ven que te lleve a casa."

"Agg, siempre tan pedante. ¡Mojigato!" - gritaba alzando un vaso medio vacío.

"Ya. Mañana me regañarás de por qué no te detuve antes."

Así salieron de la casa. A trompicones y soltando alguna voz hacia los presentes intentando despedirse, aunque no sabía ni que se estaba yendo. Sea Hawk la llevó al coche, y la metió en el asiento del copiloto casi peleando, pues la morena se resistía a todo.

Mermista iba dando manotazos dentro del coche, abriendo y cerrando la guantera. Encendiendo la radio, manoseaba a Sea Hawk. Se quedaba mirándolo, para arreglarle o desmarañarle mejor dicho, el bigote. Se quedaba mirando su expresión, mientras bajaba la mano, posándola en la rodilla, y acariciarle lentamente, haciendo un camino sugerente. El del mostacho se ruborizaba. Cosa que disfrutaba la morena, ese era su objetivo, que se alterara con sus gestos.

"Mmm. Estoy conduciendo..."

"¿Y qué?" - lanzaba una sonrisa perversa. - "Llévame al faro." - le susurraba acercándose al oído, siguiendo con ciertas caricias en ciertas zonas.

Al conductor le pareció buena idea, así se le pasaría un poco la mona, y ya la dejaría en su casa sin que la liara demasiado.

Llegaron. La tenue brisa del mar, acompañada con el mecer de las olas golpeando en el acantilado, despejaría a cualquiera. La luz del faro iluminaba el oscuro horizonte. Y aquel olor... aquel salado aroma que recorría los pulmones, golpeando en el pecho con una sensación de plenitud, te hacía sentir tan pequeño...

Mermista bajó del coche, sin preocuparse de cerrar la puerta. Estirando los brazos, creyendo abrazar aquella fragancia. Como una niña pequeña, salió corriendo cerro abajo, para encontrarse con la suave caricia de la arena, que pronto sintió al quitarse los zapatos y lanzarlos por el camino.

Sea Hawk la seguía recogiendo el reguero de cosas que iba tirando.

"¡Estrellita!" - decía con las manos ocupadas de las pertenencias de la muchacha.

Mermista se giró, bañada por la suave luz de la luna, que rebotaba sobre su sedosa piel morena. Justo en ese momento, el faro la iluminó, dejando ver una hambrienta mirada. El castaño de sus ojos resplandeció, lanzando un hechizo a aquel que los observaba. Sin mediar palabra, hizo que su vestido se deslizara por los hombros. Como entonando un silencioso canto, se dirigió al agua.

Atraído por aquella delirante visión, hipnotizado por lo que se imaginaba oír al verla meterse en la orilla. Depositó el traje en la roca más cercana, no muy preocupado de mancharlo de arena. Quedándose únicamente con el calzón. Siguió a aquella musa.

La sirena lanzó lo que le quedaba de ropa una vez ya dentro del agua. Comenzó a nadar, mientras observaba al patoso bigotudo adentrarse con ella, con los ojos fijos la uno en el otro. Ésta se hundió, quedando oculta de la visión de Sea Hawk por unos largos segundos.

"¿Es... Estrellita?" - mascullaba intentando encontrarla en la inmensa oscuridad del océano.

La peliazul salió, justo en frente de él, elevándolo con los fuertes brazos machacados por el deporte. Con la luna como único testigo, la chica se agachaba, hundiendo a ambos, permitiendo que la distancia entre ellos se acortara. Con las facciones muy cerca, ensimismados por la atracción que sentían, todo a su alrededor desaparecía, sólo eran ellos dos.

TE DESEO (Omegaverse) (CATRADORA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora