CAPÍTULO 34 - ¿Y ahora qué?

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Scorpia y Adora esperaban en la enfermería a que viniera una ambulancia que no tardó en llegar. Los demás compañeros de clase que también las habían acompañado fueron echados y devueltos al campo de juego, además de una Shadow Weaver más que enfurecida por la interrupción de su clase, y por una alumna que no le agradaba para nada, poco le importaba su salud. Después de llevarse a Catra, la enfermera se dirigió a ese par que seguía preocupado.

"Deberían volver a clase. Más tarde pueden ir a visitarla."

Tanto la rubia como la peliblanca se lanzaron una mirada cómplice.

"¡Claro!" - se alejaban con titubeo. - "Eso haremos."

Scorpia movió el tupé para que la otra la siguiera. Sin dar explicaciones se dirigieron a la puerta de salida del edificio. Tuvieron que esperar a que las secretarias no miraran para escaparse y salir corriendo hacia el coche de Scorpia. Glimmer las vio mientras seguía dando vueltas al campo con los demás. Se hicieron una seña de que luego informarían con el móvil.

Durante el viaje no dijeron nada. Scorpia se mordía los labios pensando en que tenía una conversación pendiente con la que iba en el coche. Aun así siguieron el camino en silencio, llegando al hospital. No sabían muy bien qué hacer, no pensaban que les harían mucho caso a dos alumnas de instituto. Entraron en el edificio por la entrada de urgencias. Se sorprendieron casi asustándose de lo que había allí, parecía una batalla campal. Gente vestida de blanco corriendo para un lado y para el otro, y mucha otra con diferentes situaciones acompañados por sus familiares, éstos últimos hacían más bulto que los que realmente necesitaban estar allí. Tragaron saliva atónitas.

"¿Y ahora qué?" - preguntaba la más musculosa.

"No tengo ni idea..." - observaba estupefacta la situación.

Ahí paradas, perdidas en aquel caos, buscaban con la mirada a alguien a quien poder preguntar. Hasta que escucharon una voz conocida por ambas.

"Soy Castaspella, la madre de una adolescente que acaba de llegar en ambulancia, ¿Dónde está mi hija?"

"¡Tía Casta!" - Gritaron las dos dirigiéndose a ella.

Castaspella era una mujer alta, bastante ordenada y correcta. De tez blanca y belleza delicada, diferente a su hija, morena de piel y una belleza salvaje. Siempre llevaba el pelo recogido en un moño redondo coronando su cabeza, éste era de tono oscuro que destacaba sus rasgos al contrastar con la pálida piel. De siempre se hacía llamar "Tía" para los más pequeños, dándoles una sensación de confianza, que no mucha gente puede presumir de tener. Era una de las pocas adultas amables que conocían las muchachas. Los demás adultos están más preocupados en sus asuntos haciendo que ignoren lo que tienen a su alrededor, despreciando a las juventudes al olvidar que una vez también lo fueron, o puede que ese odio sea dirigido por un pasado no muy acorde a los deseos del que lo vivió, y por eso el rechazo a la adolescencia y su desordenada y fluctuosa existencia.

"¡Chicas! ¿No deberíais seguir en clase?" - lo dijo de forma curiosa, no como regaño.

"Es... estábamos preocupadas por Catra. ¿Se sabe algo?"

"Eso estoy esperando yo."

Un señor entrado en años, con cara de cansancio, se acercó a ellas, sujetando unas carpetas, que analizó antes de hablar.

"¿Catra...?" - decía intentando leer bien.

"¡Sí! ¡Sí! Es mi hija. ¿Puedo verla?"- Antes de seguir hablando, el hombre miró por encima de sus gafas a las dos jovencitas que se creían invisibles estando allí dentro. - "Vienen conmigo. No pasa nada."

TE DESEO (Omegaverse) (CATRADORA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora