TE DESEO (Omegaverse) (CATRADORA)

CAPÍTULO 22 - "Quítatela" (+18)

Adora calentaba tostadas, mientras rayaba tomate en un cuenco, para mezclarlo con aceite y un poco de sal. Tarareaba alegre, intentando dejar la mesa presentable para su invitada especial. Sacó el zumo de piña, y la cafetera hervía el agua. Escuchó unos pasos que bajaban las escaleras, sin girarse pues las tostadas se le quemarían, preguntó.

"¡Ey! ¿Quieres ca... ca... fé?" - se empezó a trabar al ver cómo Catra lucía una de sus sudaderas. Le quedaba toda holgada, parecía casi un vestido, ocultándole los short que llevaba también puestos. Venía con una coleta, pero el pelo algo enmarañado, y medio hombro fuera.

Lo vio lentamente, como si hubiera algún tipo de foco detrás de ella, que la cegaba. Embobada con aquello, empezó a oler a chamuscado.

"¿Huele a quemado?" - Catra olfateaba por detrás de la rubia.

Adora corrió a sacar el pan de la tostadora, en un gesto torpe y apresurado.

"¡¡Ay!!" - dejó el pan a un lado, buscando el grifo del fregadero, abriéndolo, metiendo las manos en el agua fría. - "Mucho mejor..."

"Eres un peligro. Te dejo sola un minuto más y explota la cocina."

"No... es que..." - Se limpiaba la frente en busca de alguna excusa válida que le sacara de torpe. - "¿Quieres café? No me has dicho." - opción fácil, cambiar de tema. Cogiendo el zumo de piña para disimular, empezó a beber.

"No me gusta el café. Me enciende." - Adora se atragantó con el zumo, empezó a toser volviendo al fregadero. Aquel fregadero le sacaría de muchas esa mañana.

"¿Có... cómo?" - se limpiaba las babas, toda colorada, por su insaciable imaginación.

"Me excita demasiado."

"¿Ex... excita?"

"Adora, ¿me escuchas cuando te hablo? Tierra llamando a Adora."

"Que sí, que sí. Es que estoy pensando en el pan quemado. Voy a hacer más."

"Bueno, ¿qué tenemos en la carta de desayunos?" - insinuaba burlona.

"Ejem." - Adora se aclaraba la garganta, cogiendo un trapo colocándolo en el antebrazo a modo de camarero, inclinándose levemente hacia delante, y con cierto tono francés enunció. - "Hoy tenemos, desayuno especial de la casa. La señorita degustará tostadas con tomate, zumo de piña y café. Acompañado de una pieza de fruta si lo desea."

"Dígale al metre, que deseo leche con cacao, en vez de café."

"Cómo desee señorita." - decía haciendo una exagerada reverencia. Ambas empezaron a reír.

Durante el desayuno, hablaron de mil tonterías. Si algo tenía Adora, eran mil historias imposibles y sin sentido que contar. Catra lo encontraba adorable, nunca se aburría cuando estaban a solas. Se creaba como una atmósfera entre ellas, en la que el mundo dejaba de existir, y hablaban en su propio idioma, con una mirada, con una simple palabra, ya sabían qué estaba sucediendo, sin más explicaciones.

"¿Te acuerdas cuando éramos pequeñas, y estábamos comiendo uno de los estofados de mi tata, se me movía un diente de leche, y al pegarle un mordisco a una patata se quedó el diente clavado?"

"¡Sí! Jajaja. ¡Que sacaste la patata entera de la boca, con una cara de susto, y todos vimos tu diente ahí clavado! - lloraban entre carcajadas, contando batallitas del pasado.

"¿Tú sabes el susto que me llevé? Le tengo pánico a cualquier cosa relacionada con los dientes."

"Ya lo sé. Yo te perseguía cada vez que se me movía un diente. Y tú huías de mí, como si se te fuera a caer a ti."