CAPÍTULO 54 - Lo que quieres...

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Catra sentía la cálida mano que tiraba de ella, veía la espalda de la rubia, que la llevaba firme a saber a dónde. ¿Para qué? ¿y por qué? ¿Por qué la siguió? ¿A dónde la lleva? En verdad tenía la cabeza hecha tal lío que ni se paró a preguntárselo, simplemente la siguió.

Cerca del instituto había una zona algo boscosa, llena de senderos, que los alumnos aprovechaban para hacer todo tipo de cafradas. Pero tampoco era tan popular como para que le hubiera llamado la atención antes.

Subieron un bello sendero, decorado con frondosos arboles que dejaban pasar la tenue luz del atardecer de aquel día entre sus ramas, moteando el camino, iluminando los dorados mechones que la arrastraban.

Una breve brisa movía los tallos plumificados con otoñales hojas, que rozaban entre sí, y se golpeaban cual maracas, contoneándose como panderetas, parecían susurros que las intentaban guiar por el camino. Ahora entendía por qué lo llamaban el Bosque Susurrante.

Adora la llevó hasta lo más alto del cerro, donde se despejaba la zona, y había un especie de monumento del que nunca había oído hablar, dando paso a un hermoso mirador que les permitía vislumbrar toda la ciudad. Bajo la luz de aquel atardecer, como si unas llamaradas atravesaran el cielo, fusionándose con las nubes dejando ver un tono rosado en lo más alto, y amarillento por donde se escondía el sol.

Tras un rato embelesadas por aquella imagen, aquel ambiente, aquel hipnótico momento, intentaron comunicarse sin soltarse de la mano.

"Emm..." - se interrumpieron a la vez.

"Tú primero." - le dijo Adora.

Catra dudó, como siempre que estaba con ella, sólo dudas y más dudas le azotaban en las sienes. Pensamientos detenidos por un beso que le regaló la de ojos azules en sus manos.

"Yo... yo sé lo que quieres." - empezó la felina.

"¿Qué quiero?" - aproximándose a ella - "¿Qué quiero?" - repetía sensualmente mientras seguía acercándose. Dejando a la gata en trance cuando estaba a escasos centímetros de su cara.

"Lo que quieres..." - suspiró sobre sus labios, casi cerrando los ojos, borracha de Adora.

"Estar contigo." - el beso casi se produjo, pero Catra se apartó lo justo para que no le diera en los labios. Adora cambió el gesto por uno más serio. Y se alejó. Cosa que a Catra le afectó, su cuerpo noto la lejanía, temblaba un poco. - "Pero aquí el problema es... ¿Y tú? ¿Qué quieres tú?"

"No lo sé."

"Siempre me dices lo mismo." - se dio la vuelta y dio unos pasos, pero Catra la detuvo, para su sorpresa, abrazándola por la espalda.

"No... no..." - empezaba a ponerse nerviosa, con el nudo ese en la garganta que te impide hablar, si no es para empezar a llorar. La respiración se aceleraba y entrecortaba. Adora se giró, y atrapó sus mejillas, obligándola a que la mirara.

"Respira hondo." - Catra intentó obedecerla, y eso calmó los sollozos ocultos en su pecho, alguna lágrima se le salía, pero Adora seguía con su agarre para que la mirara. - "Tranquila."

Tras un resoplido profundo, contestó.

"No soy buena para ti." - tragando saliva.

Adora no se asombró del todo, no era la primera vez que oía esas palabras.

"¿Cómo no vas a ser buena para mí, si los momentos más felices de mi vida han sido contigo?" - eso no ayudó a que la gata calmara sus lagrimeos, no ayudó en nada, pues cada vez se sentía más emocional y sensible, dos de las cosas que más odiaba mostrar. - "¿Por qué no podemos estar juntas?" - preguntó al fin, después de tanto tiempo de tonteos, de claras intenciones tapadas por malentendidos, después de tantas rayadas de cabeza que no hacían si no alejarlas de lo que realmente deseaban.

TE DESEO (Omegaverse) (CATRADORA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora