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Mauro

Aveces no me doy cuenta de lo tonto que puedo llegar a ser, hasta que hago sentir mal a la gente. Y eso está mal, pero no me doy cuenta cuando lo hago.
Yo era una persona re reservada, no me gustaba compartir mi vida con nadie, pero desde el primer momento que vi a Alexa, si ese día en el que me abrió la puerta de su casa para darle clases de trigonometría, con esa mirada tan sincera y esa linda sonrisa que tiene. Vi algo en ella, algo bueno. Me sentí increíble.
Desde los primeros días que la estuve viendo supe que me gustó, por que siempre quería estar con ella, con el simple hecho de mirarla me bastaba para hacerme feliz. Ella su linda espontaneidad me encantan. Alexa me hizo sentir cosas, después de durar un largo tiempo sin sentir nada por nadie y por nada en general. Y mírenme la hice sentir mal. Soy tan tonto . Salí hacia el jardín de esta casa para cortar un par de flores. Había unos tulipanes preciosos, ideales para Alexa. Una vez que tuve las flores listas, de un cajón saqué un pequeño florero y vacié un poco de agua dentro de él para ahí meter la flores. Le pediré perdón es lo que se merece, y bueno espero que con esto se sienta mejor. Estoy ansioso por que llegue. No debe de tardar mucho estamos en un lugar que no conocemos. Me senté en el sillón dispuesto a esperar a que llegue.
Después de esperar durante unos 10 minutos escuché que alguien abría la puerta principal de la casa. Rápido me levante del sillón y tome el florero con las flores para Alexa. Al verla sonreí, una sonrisa que al instante desapareció ya que ella no venía sola.

— Mauro él es Cristobal, Cristobal el es mauro.— nos presentó rápidamente. El chico que venía Con ella me hizo un gesto con la mano, yo solo miraba confundido y decepcionado la situación .— estaremos arriba, teniendo sexo .— me hizo una mirada pícara.— así que evita molestar .— finalizó. Para después tomar de la mano a Cristobal y darse la vuelta para comenzar a subir las escaleras.
Quede como un tarado con las flores en la mano, pero lo merecía. Dejé el florero en la mesa y sali hacia el jardín a pensar en algunas cosas .
Volví a entrar a la casa y como no tenía nada interesante por hacer me puse a observar mejor el lugar. Abrí un cajón grande . Y algo me llamo la atención, había una cámara y alado de ella un sobre blanco. Tome la cámara y el sobre . Cuando abrí el sobre pude ver que eran fotos, fotos de chicas. Chicas siendo torturadas, prendi la cámara y mire los videos guardados. Causaron tanto asco y miedo en mi que rápido apague la cámara.  Eran los videos de esas chicas siendo torturadas, fue mucho pero verlo por video que en fotos .

—mierda.— dije sintiendo un poco de angustia .

Queridísimo profesor•Lit killah •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora