❇ Omega Rubí ❇ 🐺 ❇ Yoonmin ❇

✨ 24 ✨

- Hola .. - murmuro la mujer cuando vio otra vez al chico de cabello castaño.

Lo ah estado evitando desde hace ya unas semanas, no quería que su loco omega se alterará ante la presencia y el olor del chico.

La última vez se puso mal, tanto que ella optó por no salir de su recámara por todo el resto del día, pero se dijo así misma que no siempre tenía que hacer eso.

Tenía que sobrellevar las cosas, así como siempre lo ah hecho durante esos quince o dieciséis años.

Es doloroso para ella que pasa otro año y no sepa nada de si cachorrito, le partía el alma que llegara el día se cumpleaños y no tenga a quien celebrarcelo.

El castaño volteó su cabeza y miró ala hermosa mujer de cabello negro viéndole fijamente, como si quisiera saber de él, pero que al final no podía.

Se levantó del césped, y le dio una sonrisa hermosa que mostraba sus grandes dientes delanteros.

La mujer sonrió feliz.

Hasta en la sonrisa se parecen- pensó ella, y de pronto sus ojos de humedecieron.

Subió su mirada al cielo aligerando las ganas de llorar y de irse encima del chico y abrazarlo fuertemente.

- ¿Porque cada que me habla usted empieza a llorar? - pregunto Jungkook ladeando su cabeza un poco. El sentía su pecho oprimirse cada que ve ala mujer en ese estado.

- Lo siento.. Mmm , es que me es difícil no sentirme así - rompió en llanto, tensando su lazo de unión que tiene con su esposo y con su hijo mayor.

- Yo siento algo aquí - dijo tocándose el pecho - cada que la veo a usted, a Yoongi hyung o al señor Min - murmuro sintiendo ya sus ojos llenos de lágrimas.

- Como si nos conocieras desde siempre, como si fuéramos algo que te falta - dijo ella acercándose al chico y tomarlo de las mejillas, viéndolo fijamente a los ojos.

Jungkook estaba estático, el toque de la mujer le hizo sentirse protegido cálido y le mostró algo que jamás había pasado con Taehyung.

- Siempre serás mi hermoso conejito consentido - decía con voz suave y cariñosa a mujer de de cabello negro y ojos brillantes redondos.

Estaban recostados en el césped de la casa, tan verde y suave junto a los olores delicioso que desprendía el jardín bien cuidado por la hermosa mujer.

- Mami, yo soy un niño grande, no un conejito - gruñó bajito el pequeño castañito con sus grandes ojos grises.

- Para mami serás como un conejito, mira te traje un regalo bebé, - y la mujer saco de una canastita una cabecita de conejo rosadito bajo con grandes orejas una de ellas caída y una de sus cejas arqueadas se veía malvado pero tierno alas vez.

El pequeño niño brinco alegre al ver el regalo a él le encantan los peluches y ahora ese sería el preferido de el, ya que su madre se lo había dado y fue cocido a mano por ella misma.

- Mi bello Kookie - dijo la mujer tomando a si pequeño en brazos y dando vueltas por el lugar sacándole risitas alegres al pequeño niño..

El niño veía las facciones de la mujer tan delicadas y hermosas.

Cabello negro largo y liso
Ojos oscuros
Sonrisa hermosa
Piel blanca.

Se memoriza ala perfección las facciones de su hermosa madre jamás la olvidaría.