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El cielo estaba nublado, parecía que fuese a llover, el viento helado se colaba por las cortinas de la ventana abierta.

JiMin se encontraba plácidamente dormido, aferrado al torso desnudo de su Alfa, oficialmente ya lo era, y estaba muy feliz de que sea así.

Una semana dura donde el le pedía cada hora ser tomado por Yoongi, lloriqueaba ante la llegada de cada orgasmo y el nudo tan grande que tenía su alfa..

Todavía no se creía que estuviera en una sola pieza, no después de que era arremetido con tanta fuerza por el pálido, llegó un momento que tuvo que pedir cacao, sonrió y se ruborizó ante los recuerdos de las mañanas, tardes y noches candentes con Yoongi,  se aferró más al cuerpo cálido de su amado quería sentirlo cerca todavía.

Yoongi estaba completamente dormido con una pierna enrollada en una de las del omega, ambos desnudos bajo la sábana fina de la cama del omega.

Ambos chicos no había salido del lugar, la madre de Yoongi había dado la orden de que nadie llegar a la segunda planta de la casa, o al menos no cerca de donde estaba la habitación de JiMin.

El señor Min, estuvo tan ocupado con la seguridad de la manada, habían tenido un gran percance en las fronteras de la manada Park y Min, dio aviso de que la seguridad se doblará, ya que no podían bajar la guardia su hijo en esos momentos estaba vulnerable junto a su omega.

Habían visto algunos alfas andar del otro lado del límite, ellos no podían hacer nada porque no estaban en sus territorios, pero eso indicaba que nada estaba bien con la tierras Park.

No podía darle aviso a su hijo ya que este se encontraba con su omega, su amor, su destinado. Y el entendía muy bien eso.

Así que había mandado a un grupo de alfas y algunos omegas a cuidar muy bien los límites, no querían a ningún desconocido en sus tierras, no cuando el chico de cabello azul les había explicado la situación en la que se encontraba las tierras y la líder Park.

La cosa era más seria de lo que había imaginado, y su pequeño gran problema era, que la persona que estaba haciendo tanto daño era el que fue líder de la manda Kim hace ya unos cuantos años atrás, el que se suponía estaba muy enfermo y pronto a morir.

Por momentos no quiso creer lo que el chico de cabellera azul le decía pero luego de escuchar más las cosas iban tomando forma.

JiMin se removió perezoso, no quería levantarse aún sentía su cuerpo cansado pero ya había sido una semana que no salía del cuarto seguro se veía mas pálido y delgado ya que ni siquiera comió bien.

Desde que probó la exquisitez de estar unido a su alfa, no quería separarse de él y de no parar.

Quería todo de él.

Abrió sus ojitos despacio parpadeando varias veces para acostumbrarse a la pequeña claridad que se podía ver.

Aunque era un día nublado de podía ver a duras penas algunos rayos del sol entrar al cuarto, sonrió feliz de ver a su alfa tan cerca de su rostro, la suave respiración de este chocar en su cara.

- Yoonnie~ - hablo bajito y algo ronco debido a lo recién despierto que estaba.

Llevo una mano a los oscuros cabellos de su alfa que caían en su frente tapando un poco los pequeños ojos de este.

Descubrió un poco su frente y le dio un beso en la nariz, logrando que el alfa se despertase por completo.

Yoongi abrió sus ojos un poco y sonrió enternecido, al ser las mejillas rojas de JiMin lo que puedo ver primero al despertar. - Buenos días mi cielo - hablo ronco haciendo que un escalofrío agradable recorriera por todo el cuerpo del omega, se acercó un poco y le dio un pequeño pico en los labios rojos a su amor.

❇ Omega Rubí ❇ 🐺 ❇ Yoonmin ❇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora