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Tal parecer que el omega no quería despertar, el único consuelo del chico nervioso es que al menos el peli-rosa respira.

Era como si estuviera en un sueño profundo del que no quiera despertar, su barriga estaba un poco más abultado.

-- porque no despiertas, bonito de mejillas gorditas -- susurraba mientras comía las moras que corto en el bosque.

-- así que venías huyendo, y de tu alfa -- hablaba para si mismo, asustado la noche anterior por la pequeña fiebre que entró en el pequeño cuerpo coloco un pañuelo húmedo en la frente pero paso algo que lo dejo perplejo.

Había visto los recuerdos del peli-rosa desde la niñez hasta ahorita su adultez.

Había sido algo mágico, algo impresionante para él.

Y comenzó a admirar al chico ah pasado por tanto, y estaba ahí en pies hasta que recibió una noticia nada agradable, y tal parece que eso era lo que tenía al pequeño ahí acostado sin querer abrir sus ojos.

Bien el puede recorrer el camino y llevarlo de regreso ala manada de su alfa, pero resulta que el no iba para ese lugar, el tenía una cuenta pendiente con la manada Kim, precisamente con ese hombre que lo llegó a regalar a esa taberna maldita.

A él le habían hecho creer que fue su propio padre el que lo llevó ahí, el que no le importó lo fuesen que fuesen hacer con él, por eso el quería estar frente a frente con ese maldito hombre.

Para hacerle pagar una por una por todas esas lágrimas que el derramó.

Pero ahora no sabía que hacer, no iba a dejar al chico ahí, cuando el fue quien lo llevó a ese lugar y puso en ese estado.

Lo que si podía hacer era llevarlo a su antigua manada, esa que quedaba cerca de donde ellos estaban escondidos.

Porque si estaban escondidos nadie podia ver la cabaña porque él pudo hacer un hechizo para cubrirla con una especie de burbuja, nadie podía verlos pero el sí podia verlo a ellos.

-- Yo siento su aroma por aquí -- dijo el alfa, viendo a todos lados, era la quinta vez que llegaba de ese lugar y no podían encontrar a su omega, sentía su aroma dulce con un toque a madera esa extraño.

-- Debemos seguir quizás mas delante buscar entre las grandes rocas talvez y el esté escondido ahí, o malherido -- dijo lo último en un murmuro puesto que no quería desatar la furia de su amigo.

De por sí este ya estaba fuera de sus casillas, cualquiera que hiciera un mal comentario el los hacia pagar como el tipo que dijo que quizás su omega se fue con otro alfa.

Dios.. no quiere recordar ese día, cuando el hombre de tanto grito y que se apretaba su cabeza está explotó esparciendo por todo el lugar pequeños fragmentos de esa sustancia viscosa y de ese órgano gelatinoso.

Su piel se eriza con solo el recuerdo de ese día.

-- callate Nam -- hablo entre dientes.

-- Disculpame Yoon -- y ambos siguieron avanzando mientras el grupo de alfas y betas iban tras de ellos.

Siento ignorantes del chico que los veía con cierta burla, preguntandose como carajo no podían sentir la tensión que habia en el lugar, y como siendo uno de ellos un Alfa diamante no podía persivir dicha magia.

A ver espera y como el puede sentir quién tiene poder y quién no.

Frunciendo su ceño, se metió ala cabaña ya que el había estado fuera buscando más frutas para comer, y para tener por si el chico despertaba.

Por pensar en como el podía persivir eso no se dio cuenta cuando el chico pelirosa estaba  ahí de pie con un palo en las manos dispuesto a golpearlo.

❇ Omega Rubí ❇ 🐺 ❇ Yoonmin ❇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora