Era un mañana tranquila en el barco, su capitán había decidido que todos descansaran en la isla durante unos días. Mejor dicho ellos descansarían en la isla mientras yo acompañaba a mi novio a hacerle una visita a sus padres. Estaba muy nervioso por los próximos acontecimientos pero como Yuuma me dijo que sus padres querían conocerme pues no me quedó de otra que acompañarle. Al parecer no era la primera vez que le preguntaban por mi, pero él no les hizo mucho caso...hasta ahora.
Mi tripulación aprovechó esto y ahora mismo nos encontramos en una isla vacacional, por lo que mientras ellos se lo pasaban en grande haciendo dios sabe que, a mi me comían los nervios por conocer a mi suegros, sobre todo teniendo en cuenta precisamente quienes son mis suegros. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo solo de pensarlo. En realidad ellos eran bastante cercanos con algún miembro de la tripulación y algunos amigos, aunque yo nunca he llegado a conocerlos en persona.
-o vamos Yasuo, no creo que sus padres vayan a hacerte nada- me dijo Ryo. Pero el no contaba en nada de esto teniendo en cuenta cual es la relación de los padres de Yuuma con él. Era imparcial en algunas cuestiones. Al fin y al cabo a mi era al que presentarían como la pareja de Yuuma no a él.
-vamos, de verdad que mis padres no te harán nada, estoy seguro de que acabaran adorándote- me fije en los ojos bicolores de Yuuma que siempre acababan tranquilizándome en los momentos oportunos- si estas tan nervioso porque no haces que te acompañen algún miembro de la tripulación- esas palabras me hicieron pensar. Si, me llevaría por lo menos a dos de ellos conmigo. Me sentiría mas seguro si ellos me acompañasen.
-si, si. Si no os importa...- miré a mi tripulación los cuales se hallaban repartidos por la isla, aunque estaban pendientes de la conversación.
-adelante, no nos importa, elige a quien quieras- me dijo el capitán con una sonrisa que podía desafiar a la de su padre. Eran tan iguales y tan diferentes a la vez que daba miedo.
-pues entonces quiero que venga Ryo y Masuyo- al instante Masuyo me dio una linda sonrisa, sabía que a ella no le importaría irse de la isla vacacional y acompañarme.
-esta bien, iremos contigo- Masuyo estiró la cola hasta que me rozo de forma tranquilizadora con ella las piernas. Tenía una textura algo extraña, por raro que pudiese parecer en realidad no era viscosa como la de los peces.
Así fue como los cuatro nos encontrábamos navegando en un pequeño barco de camino a la isla en la que se alojaban los padres de mi novio. Pensé que iba a ser un viaje corto y sin contratiempos, pero debí imaginarme que las cosas no serían tan fáciles y tranquilas. Nunca lo eran. De un momento otro nos sobresaltó una gran tormenta que hizo que se volcase el bote y todos acabamos separándonos. Lo último que pude ver y oír antes de que todo se volviese negro era a Yuuma gritando mi nombre mientras intentaba nadar hacia mi, todo en vano.
Lo primero que noté al abrir los ojos es que me encontraba tumbado en una suave y acogedora cama y que una persona se hallaba conmigo en la habitación, al parecer revisando mi condición.
-vaya, veo que estás despierto por fin- lo que más me llamó la atención sobre la persona fue el cabello rojo fuego, tan parecido al de mi novio.
-si, yo... ¿Cómo me salvé?- el hombre se acercó y se sentó a los pies de mi cama mientras me revisaba con la mirada para después extender la mano hacia mi frente, supongo que estaba revisando mi temperatura.
-imagino que la tormenta acabó por arrastrarte hasta la playa de la isla, ahí fue donde te encontramos mi esposo y yo, estabas muy mal con muchos cortes y algunas contusiones- hice una mueca cuando intenté sentarme. Al final el hombre se puso de pie y me ayudó a quedar sentado.
-gracias, ¿Quién eres?- justo en ese momento otra persona se adentró en el cuarto. Se parecía mucho al otro hombre por eso me sorprendí cuando se saludaron dándose un beso... en la boca. Estoy seguro de que ambos eran hermanos.
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ONE PIECE. CONOCIENDO A NUESTROS DESCENDIENTES
ФанфикUNA TORMENTA ARRASA POR TODO EL MUNDO, CUANDO DE UN MOMENTO A OTRO EMPIEZAN A DESAPARECER GENTE, ENTRE ESTOS ESTAS ALGUNOS REVOLUCIONARIOS, MARINES Y PIRATAS, TODO GRACIAS A LA DIOSA DEL TIEMPO QUE DECIDIO QUE DEBERIAN CONOCER A SUS HIJOS.