El arte del amor.

7. Indiferencia.

- Estoy muy confundida y te prometo que lo voy a pensar, pero dime, ¿Cómo reaccionó Carlota? ¿Qué le dijiste? - Pregunto ella algo preocupada.

- Tranquila, no le dije nada de nosotros. Como te comenté el otro día, las cosas ya no estaban bien con ella. Hace unos años estuvo con otro hombre y la perdoné, lo hice por Sofi y porque aún la amaba, pero ahora ya no quiero seguir así.

Alicia se sorprendió mucho con lo que estaba escuchando, nunca lo había imaginado.

- Alicia, yo ya no siento nada por ella, yo no sé qué vaya pasar con nosotros en un futuro, pero de lo que si estoy seguro es que ya no quiero estar con Carlota. - Dijo él bastante convencido.

- Tengo que admitir que estoy sorprendida, nunca pensé que Carlota tu hubiera sido infiel.

Alicia pensó en decirle que Sergio también le fue infiel, pero no estaba tan segura de hacerlo, porque ella no sabía si iba a dejar a su esposo.

Alicia se quedó callada porque se perdió en sus pensamientos, pero Martin malinterpreto su silencio y pensó que solamente estaba molestando.

- Bueno, siento que te estoy quitando el tiempo y es lo que menos deseo, solo quería verte un momento a solas sin tantas miradas encima de nosotros y sin el ruido de nuestros compañeros.

- No, no me quitas el tiempo - Alicia quería estar más tiempo en compañía de Martin, pero no sabía con qué excusa retenerlo.

- Que bueno escuchar eso - Le sonrió - que te parece sí... - En ese momento fueron interrumpidos por el timbre del celular de Alicia.

- Es Sergio, debo contestar. - Dijo la morena un poco nerviosa.

- Claro, ve tranquila. Es tu marido, ¿no? - trató de fingir una sonrisa.

- Es que él está con Miranda, por eso debo contestar. Pero si me esperas, podemos seguir platicando.

Martin no dijo nada, se quedó parado en el pasillo mientras Alicia se alejaba un poquito para contestar.

Después de dos minutos, ella regresó.

- Gracias por quedarte, ¿te parece si nos vamos a algún lugar a tomar un café? - preguntó ella.

- No creo que quieras que nos vean juntos, la prensa puede empezar a hablar. Además, yo solo me quedé porque no me gusta salir sin despedirme de la gente, pero ahora ya me tengo que ir. Te dejo para que pienses en lo que vas a hacer con tu vida.

Alicia no supo que decirle, al fin de cuentas él tenía razón.

Martin se acercó lentamente a los labios de Alicia, ella cerró los ojos creyendo que iba a besarla, pero él solo le dio un beso en la mejilla, muy cerca de la boca, y entonces se fue.

Alicia estaba muy confundida con la actitud de Martin, lo vio alejarse y eso sólo sirvió para darse cuenta que estaba empezando a sentir algo muy fuerte por él.

Al siguiente día, a Alicia le tocó regresar a televisa porque tenía una reunión muy importante con el elenco de la serie en la que llevaba trabajando años, ella estaba estacionando su auto cuando se percató que justo al lado de ella estaba parqueando el auto de Martin. Sonrio a sí misma por la gran casualidad, la verdad es que le gustaba mucho la idea de volverlo a ver.

Ella bajó rápidamente con una enorme sonrisa en su rostro para saludar a su... ¿amigo?

- Hey, Martin. - Ella lo saludo alegremente.

- Hola, Alicia que gusto verte, ¿Qué haciendo por aquí? -Él limitó tanto su contacto físico que apenas le dio una palmadita en el brazo, no hubo un abrazo fuerte ni mucho menos un beso, a lo que a Alicia se le hizo extraño y un tanto doloroso.

-Tengo una reunión - dijo sin ganas - y tú?

- Tengo un casting y ya voy un poco atrasado - rio- que tengas un buen día - se despidio así sin más y Alicia se quedó parada un par de segundos tratando de asimilar lo que acababa de pasar. - Ese era su Martin? - Le pregunto al subconsciente.

Una vez terminado el casting, Martin decidió ir por un café y allí se topó a una maquillista con la que se llevaba muy bien.

- Martin, que tal?

- Aurora, hola que gusto verte, hace mucho que no sabía de ti.

- Si verdad, ¿Te importa si nos tomamos el café juntos? Tengo tiempo libre y sirve que nos ponemos al día.

- Por supuesto.

Empezaron a platicar, estaban risa y risa hasta que Alicia entró a la cafetería y claro que los vio, se estaba retorciendo de los celos que tenía.

¿PORQUE CON ELLA HASTA SE ESTA RIENDO Y A MÍ A DURAS PENAS Y ME HABLÓ? ¿A CASO LO QUE DIJO QUE SENTÍA POR MÍ ERA MENTIRA? - pensaba.

Alicia tuvo ganas de acercarse a ellos, pero luego se arrepintió, pensó que no tenía derecho, pues ella y Martin no eran nada.

Durante los siguientes días Sergio notó que Alicia estaba de muy mal humor y las peleas entre ellos se hicieron constantes, hasta que un día ella le dijo que quería un tiempo.

- Tiempo? De que me estás hablando? - Sergio parecía incrédulo.

- Si, tiempo, estamos discutiendo mucho últimamente y eso parece ser que le está afectando a nuestra hija.

- Afectar a nuestra hija o afectarte a ti por las cosas que estás sintiendo por Martin?

- Pero como puedes decir eso Sergio? Él y yo somos compañeros de trabajo.

- Crees que no me he dado cuenta de la forma en que se ven? Tengo años siendo actor y sé cuándo las miradas traspasan la pantalla. Si es así, porque no tienes el suficiente valor de decirme que estás teniendo una aventura con él y que soy un cornudo?