19. Reconciliación.

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- Martin, ¿cómo se te ocurre aparecer así? ¿Qué haces acá? - preguntó un tanto sorprendida.

- Vine a aclarar algunas cosas contigo, ya no puedo estar así. - respondió el

- ¿Sí? ¿Y que es lo que quieres que hablemos? - dijo algo molesta, la imagen del ojiazul riéndose con Mabe no se le borraba de la mente.

- Alicia, tu marido fue a buscarme y a decirme que le habías contado de lo nuestro y que lo que vivimos solo fue una aventura, nada importante. ¿De verdad todo lo que viviste conmigo no significó nada para ti? – habló con desesperación - Porque déjame decirte que para mi no fue un juego, yo de verdad me enamoré de ti, pero me asusta pensar que tú solo lo tomaste como algo placentero.

- ¿No fue un juego? Si hace unos días te vi en Televisa con Mabe platicando muy a gusto. ¡Te la llevaste del brazo y actuaste como que ni siquiera me conocieras! - dijo ella con sus ojos llenos de lágrimas.

- Ella solo es mi amiga, estaba ahí porque iba a hacer un casting. Además, yo estaba molesto contigo porque la noche anterior había visto una nota que decía que ibas a hacer nuevos votos matrimoniales con Sergio y tú no lo negaste.

- Me tomó por sorpresa lo que dijo Sergio y por guardar las apariencias frente a la prensa no dije nada, no quería armar un escándalo ahí en frente de todos. Y yo también vi una nota hablando de tu separación con Carlota y que había rumores de que estabas con alguien más. Es Mabe, ¿verdad? – le reclamó.

- Por supuesto que no, la persona que publicó eso no se equivocó al hablar de mi separación, pero en este momento de mi vida yo no podría estar con nadie más que no seas tu. Por eso después de hablar con Sergio yo sentí que tenía que verte. No me has respondido lo que te pregunté... ¿Lo nuestro para ti solo fue una aventura como me dijo tu marido? - habló con la voz entre cortante y los ojos llenos de lágrimas.

- Martin Guerra, mírame a los ojos. ¿Tú de verdad crees que yo jugaría con los sentimientos de alguien así? Si yo no me imaginé a mi edad pasar por esto, de morirme de los celos cuando vi que llevabas a alguien más de tu brazo y ni siquiera me hablaste... no sabes lo que sentí cuando vi eso, sentí que la vida se me vino abajo y no podía hacer nada. Yo solo quiero pasar el resto de mi vida contigo, aunque no sé cómo le haré con todo lo demás, pero el día que te vi con alguien más supe que solo te quiero para mi.

Martin se emocionó y sin decir nada más, la besó.

Se besaban con tanta pasión que ambos estaban jadeantes... ella se alejó por un momento para decirle:

- Martin, te amo y nunca vuelvas a desconfiar de mi.

- Es lo único que necesitaba saber, que me amas.

Martin empezó a bajar los besos al cuello de Alicia, estaban en una parte alejada de la playa. Ambos no resistieron más y en ese momento Alicia le desabrocho su pantalón, Martin le empezó a quitar la ropa a Alicia y con mucho cuidado la acostó en la arena para luego el ponerse arriba de ella, le siguió besando el cuello y luego le empezó a morder sus labios mientras ella le rasguñaba la espalda para luego mordérsela. Ambos estaban tan excitados, sus cuerpos estaban tan unidos, ellos solo querían aprovechar el tiempo perdido... seguían en lo suyo, el no paraba de hacerla suya y ella estaba demasiado excitada, pero sabía que no podía gritar hasta que se le escapo un gemido, se olvidaron por completo del lugar en donde estaban...

- Martin, eres un hombre increíble y me haces el amor como los dioses. – confesó con una sonrisa.

- Y tu eres la mujer más maravillosa del mundo.

- Quiero estar contigo Martin siempre, quiero que me hagas el amor así de perfecto...pero ahora creo que es momento de vestirnos, antes de que alguien nos vea.

- Yo también quisiera quedarme así contigo toda la vida...

- Ya habrá tiempo, amor. – ella le dio un beso corto.

- Amo que me digas amor.

- Es que eso eres, mi amor. Pero ya vamos a vestirnos, anda.

- Ok, mi señora, lo que usted mande. - ambos se rieron.

Martin le dijo a Alicia que se estaba quedando en el mismo hotel que ella, pero acordaron que lo mejor era que cada uno se quedara en su cuarto, porque alguien más se podría dar cuenta y porque ella estaba compartiendo habitación con Yuri.

Sin embargo, Alicia no pudo dormir. Se quedó horas acostada pensando en la propuesta de Sergio y en la aparición de Martin... hasta que al fin estaba segura de lo que iba a hacer, sin importar las consecuencias.

Eran las 4 a.m, Yuri estaba dormida y Alicia decidió que tenía que hablar con Martin en aquel instante, por eso salió en silencio y tocó la puerta del cuarto del ojiazul.

Martin, a diferencia de Alicia, sí había logrado conciliar el sueño. Desde que llegó, se acostó y durmió feliz y contento porque había tenido a la mujer de su vida en sus brazos otra vez.

El sueño de Martin realmente no era pesado así que escucho perfecto cuando tocaban a su puerta, esto llamo su atención ya que cuando miro la hora en celular eran las 4am.

- ¿Quién es? - preguntó él un poco cerca de la puerta.

- Soy Alicia. - respondió la morena muy bajito al otro lado de la puerta.

Martin abrió de inmediato con una sonrisa que no cabía en su rostro.

- ¿Que haces aquí, mi amor? - preguntó atrayéndola hacia sus brazos y robándole un beso como un adolescente enamorado.

- Te extrañaba... - respondió ella con una sonrisa – Y necesitamos hablar. - cerró la puerta detrás de si.

- ¿De que necesitas hablar? - preguntó él agarrándola de la mano para dirigirla a la cama y hacer que se sentara en sus piernas. - Es bueno o es malo? - volvió a preguntar un poco más preocupado, pero mirándola directamente a los ojos.

El arte del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora