9. Pasión.

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Martin sin decir ni palabra más se le lanzo y la comenzó a besar, tomándola de la cintura.

Ella empezó a desabrochar los botones de la camisa de él y él le empezó a besar al cuello.

- Hace mucho que deseaba hacer esto... - susurró Martin.

Martin le empezó a morder la piel.

- Dios Martin - ella empezó a gemir.

Continuó besándola y acariciando su cuerpo con sus manos, poco a poco deslizo su mano y comenzó a desabotonar el vestido de Alicia, dejándola solo en ropa interior. Le fue quitando el sostén y comenzó a bajar sus labios lenta y delicadamente por su cuello hasta sus pezones y comenzaba a pasar su lengua alrededor de ellos, jugando y succionando con una pasión que hacía estremecerla de placer, mientras acariciaba con sus manos sus nalgas, llevándola despacio y lentamente hasta un pequeño mueble que había en el camerino, recostándola continuó jugando con sus pezones con su boca.

Ella se mordía los labios de placer, mientras él continuaba acariciando sus piernas, poco a poco fue subiendo las manos hasta llegar a sus bragas, acarició su intimidad llevándola poco a poco a estremecer su cuerpo y comenzar a escuchar sus gemidos, dejó de jugar con sus pechos y poco a poco le fue retirando las bragas.

Martin continuó explorando cada rincón de la intimidad de Alicia, quien empezó a gemir más y más llegando cada vez más rápido al clímax, hasta que con un fuerte gemido tuvo su primer orgasmo, tan intenso que le temblaban las piernas.

Él suavemente la puso de pie mientras se sentaba en aquel mueble. Alicia desabrochó el pantalón de Martin y él, poniéndola de espaldas, la agarró de la cintura y empezó a bajarla suavemente hasta que ambos sexos se empezaban a tocar, estremeciendo a ambos y aumentando la lujuria y la pasión, la penetro suave y apasionadamente mientras empezaba a gemir otra vez, empezaron a mover las caderas a un mismo ritmo, mientras él acariciaba sus pechos con sus manos y besaba su espalda haciéndola estremecer más de placer.

POV ALICIA:

Terminamos exhaustos, él estaba aún sentado y yo estaba descansando en su pecho, nuestras respiraciones todavía eran agitadas y podía sentir como el corazón de Martin latía con un poco más de fuerza.

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- Fue maravilloso. - Dijeron los dos al mismo tiempo.

Empezaron a reírse al darse cuenta de lo conectados que estaban, en todos los sentidos.

- No sé cómo pudiste convencerme, te mentiría si te dijera que nunca me había imaginado estar así contigo, pero jamás pensé que eso sucedería hoy, aquí... – dijo Alicia.

- Te arrepientes? - preguntó Martin serio

- Jamás. - respondió ella con sinceridad

Aunque no tenían ganas de salir del camerino, los dos se levantaron y empezaron a vestirse, porque aún tenían otras entrevistas.

Como aún les quedaba unos minutos para entrar a la siguiente entrevista, Martin optó por esperar a Alicia a que se cambiara y ya estar los dos listos.

- Tengo que taparme cierta huellita que me dejo un hombre que no diré su nombre pero que estoy mirando en estos momentos - Ella rio y le dio un beso en los labios.

- Lo siento, pero poder oler tu piel y no darle amor de más es inevitable - dijo él apoderándose de nuevo del cuello de la morena.

- Ya para, que si seguimos así no podremos salir de este camerino nunca. - Dijo ella robándole un último beso para luego irse a peinar el cabello.

Martin estuvo observándola un par de minutos y luego se acercó a ella.

- Te ayudaré a escoger algo de ropa para que veas que tienes a un caballero loco por ti.

- Uy, ¿sí? ¿Y tendrás buen gusto? - Dijo ella riendo y jugando con su amado.

- Pues si me gustas tú, seguramente tengo el mejor gusto del mundo. - Dijo él alzando un poco la voz lo que provocó que Alicia tapara su boca para que los dos rieran juntos después.

Ambos se sentían muy cómodos y felices en la compañía del otro.

- Te dije que te quedaría espectacular - dijo Martin volteando a Alicia para que se viera en el espejo, para después abrazarla por detrás y poner su barbilla en el hombro de la mujer. - Eres la mujer más bella del mundo, Alicia Montiel, y me encantas.

Alicia no podía creer lo que estaba viviendo, aquel hombre la hacía sentir tan especial. ¿Dónde había estado siempre? ¿Porque no llego antes?

El arte del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora