17. La verdad.

152 17 2
                                    

Alicia se puso un poco nerviosa, pero respondió con firmeza.

- ¿Porque me preguntas a mí? Si yo no tengo una amistad tan cercana a él para saber ese tipo de cosas.

- Solo era una pregunta, amor. – fingió desinterés - Cambiando de tema, tenemos que ir a la inauguración de Club Quetzal hoy, ¿recuerdas?

- ¿Porque no vas solo tú? Me siento un poco indispuesta y no tengo ganas de ir.

- Tienes que ir conmigo, será solo un rato. Solo para hacer acto de presencia y no quedar mal a la invitación.

- Está bien, iremos. – dijo para no levantar sospechas.

Pronto Sergio y Alicia llegaron al evento, había muchos periodistas y reporteros ya que era un evento donde personas muy importantes se presentarían, se acercaron a ellos para poder entrevistarlos y le preguntan a Alicia acerca del éxito de la novela que recién se estaba trasmitiendo en México, habló de lo feliz y emocionada con el éxito que estaba teniendo...

Luego le preguntaron a Sergio que opinaba al respecto del proyecto de Alicia.

- Soy un hombre muy afortunado a tener a una gran actriz como esposa y sobre todo gran mujer, me siento muy orgulloso de ella y me alegro porque este era el sueño que ella tuvo desde hace mucho tiempo. Además, como pareja estamos muy felices, inclusive estamos pensando seriamente en la posibilidad de hacer nuevos votos matrimoniales, ya se acerca nuestro aniversario y eso sería genial.

Alicia trató de disimular cómo pudo, porque eso ni siquiera lo vio venir, y menos porque Sergio sabía que ese matrimonio no estaba bien.

- Sí... claro. - habló ella con una sonrisa falsa.

En otro lugar de la ciudad, en la habitación número 16 de un cómodo hotel, el ojiazul se disponía a dormir cuando un título de una nota amarillista llamó su atención:

"Alicia Montiel y Sergio Carranza renovarán votos, la feliz pareja están más enamorados que nunca."

En el silencio que invadía aquella habitación, se pudo escuchar como el corazón de un hombre aun enamorado se rompía en mil pedazos.

- ¿Acaso nunca me amó? ¿Fueron mentiras todas sus palabras de amor y todas sus promesas? ¡Nunca me debí enamorar de ella! - Una lagrima rodaba por su mejilla y con su mano formando un puño golpeó el colchón por enojo, decepción y una enorme tristeza.

Martin no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, estaba tan decepcionado... mientras tanto una vez que Alicia y Sergio llegaron a su casa ella le reclamó todo lo que dijo en la entrevista.

- ¿Me puedes explicar porque carajo dijiste que íbamos a renovar nuestros votos?

- Mi amor, es que vamos a celebrar nuestro aniversario y me gustaría...

De pronto es interrumpido por Alicia.

- ¿Te gustaría? Nada, ¡Sergio! Tu y yo estamos mal desde hace mucho, no quiero renovar nada. – expresó con enojo.

- Pero Alicia, ¿no te parece que esto puede ser bueno para ambos?

- No, Sergio... las cosas no están bien. Necesito tiempo, espacio, necesitamos tiempo ambos, no podemos seguir así. – empezó a subir las escaleras para llegar al cuarto, pero su marido la siguió.

Sergio entró a la habitación, cerró la puerta y trató de insistirle.

- No te entiendo, Alicia. Estás rara hace meses, ¿crees que no me he dado cuenta? ¡Hace mucho que solo dormimos juntos y nada más, porque siempre tienes una excusa! ¿Porque no me confiesas con quien andas? Es Martin, ¿verdad? - soltó de una vez.

Alicia se quedó helada.

- Porque estás tan seguro de que tengo otra persona en mi vida? Ya sé, hablas por experiencia propia.

- No intentes voltear las cosas, ya es hora de que hablemos con la verdad. ¿Andas con Martin?

Alicia se sentó en la cama, mientras Sergio la escuchaba parado.

- Me duele que las cosas hayan sucedido así, pero la situación me rebasó. Sabes muy bien que te perdoné tus infidelidades, pero no creas que lo hice por venganza, yo simplemente... - respiró profundo - me enamoré. Me enamoré de Martin Guerra. – dijo mirándolo.

- ¿Entonces ya no me amas?

- Lo siento, pero no.

- Alicia, ¿cómo puedes decir que te enamoraste de ese hombre? Cierto, yo antes fui infiel, pero lo mío solo fueron aventuras, nada serio, ¿tú lo estás haciendo por venganza verdad?

- No, Sergio. Yo sí me enamoré de él, no sé cómo y cuándo, pero pasó, y de verdad no puedo seguir contigo, quizá no llegue a tener nada con Martin, pero tampoco puedo estar contigo, porque lo que viví con él nunca se me va a olvidar.

- Pero... y nosotros? ¿Y Miranda?

- Nuestra hija fue quien me detuvo todo este tiempo, por eso no te dije nada antes.

- Si no te animaste a dejarme, es porque aún sientes algo por mí, lo sé. - él la tomó de las manos - Mira, te propongo que nos olvidemos de todo y empecemos desde cero. Te lo pido por mí y por Miranda.

- No puedo darte una respuesta ahora... - dijo Alicia llorando - Estoy más confundida que nunca. Por ahora solo te pido que me dejes pensar, esta noche me voy al otro cuarto.

Alicia se levantó, tomó algunas de sus cosas y se fue a otra habitación.

...

Al día siguiente, Yuri vio a su mamá salir de la otra habitación.

-Hola Ma, buen día. ¿Y ahora porque esa cara? ¿Porque sales de este cuarto?

- Ay Yuri, la bomba estalló... ayer le confesé a Sergio lo que siento por Martin. ¿Sabes algo? Prepara tus maletas, nos vamos al retiro que te comenté, necesito alejarme de todo.

- ¿Pero que pasará ahora? ¿No crees que debes de hablar con Martin?

- Para nada, el tomó su decisión y yo pienso respetarla.

- Ok Ma, solo acuérdate lo que te dije, cuando lo veas en brazos de alguien más no te vayas a lamentar.

Ambas hicieron sus maletas, pero Alicia no dejaba de pensar en todo lo que Yuri le había dicho. Y es que su hija tenía toda la razón, pero ella aún tenía miedo, ya había enfrentado a Sergio, pero faltaban Gonzalo, Miranda, la prensa, Carlota y un sin fin de personas que probablemente se opondrían a su amor.

A la mañana siguiente, Alicia fue temprano a Televisa a firmar unos papeles antes de irse a su viaje. Antes de bajar de su auto, escuchó una risa muy conocida y cuando lo buscó con la mirada, lo que vio hizo que su estómago diera un vuelco.


El arte del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora