𝐓𝐄𝐋𝐄𝐏𝐀𝐓𝐇 𖦹 Tᴇᴇɴ ᴡᴏʟғ

Flashback

*NARRADOR OMNISCIENTE*

La luz de la luna era lo único que alumbraba la oscura habitación de Beatrice, quien se encontraba acostada en su cama pero sin poder dormir.

Ya era de madrugada, pero por más que la castaña intentaba conciliar el sueño, no podia dejar de reproducir en su cabeza la palabras que su habia escuchado decir a su propia madre.

"Si no la matamos, ella nos matará a nosotros".

Luego de haber escuchado eso habia corrido devuelta a su habitación y no habia vuelto a ver a nadie cruzar esa puerta en lo quedó del dia.

Y ahora, ya de noche, aun no podia olvidar esas palabras.

El sonido de la puerta abrirse lentamente encendio sus alarmas. Beatrice cerró sus ojos y fingió estar dormida mientras escuchaba cada paso acercarse aún más a ella y las emociones comenzaron a embargarla logrando que ella hiciera involuntariamente una mueca.

- Se que escuchaste nuestra conversación de hoy. - escuchó la voz de su madre hablarle.

Bea abrió sus ojos, no habia caso en mentir. La castaña se quedo callada mientras veia como Rosalie se sentaba en la orilla de su cama.

- Lo escuche... - afirmó Beatrice.

Y es en ese momento cuando la mirada de la Bea baja hacia las manos de su madre y logrando visualizar un objeto en ella.

Una pistola.

- ¿Qué vas a hacer? - murmuró la castaña temerosa.

Rosalie la miro con inocencia.

- ¿Yo? Nada. - negó y luego levanto el arma y se lo tendió a su hija, quien la miró con el ceño fruncido- Tu lo haras.

- ¿Qué...? - balbuceo Beatrice.

- Lo haras porque sabes que es lo mejor, Charlotte. - la interrumpió su madre- Me escuchaste. Sabes lo que puede pasar si sigues viva ¿o caso eres tan egoista de arriesgarte a lastimar a tu familia solo para que tu vivas?

- Yo...

- Piensa en tus hermanos. - volvió a interrumpirla- Tienen toda una vida por delante, ¿te parece justo arrebatarsela solo para salvarte?

- Pero...

- Es lo correcto y lo sabes.

Rosalie tomó la mano de su hija y dejo la pistola sobre ella.

- Hazlo por tus hermanos. - alentó- Eres peligrosa, Beatrice, tienes mucho poder que algún dia no podrás controlar y tarde o temprano vas a matarnos a todos. Debes hacerlo.

Beatrice miro el arma en su mano mientras escuchaba las palabras de su madre.

¿Debia hacerlo? ¿Por qué? Ella no lograba comprenderlo por más que su madre la alentara. ¿Acaso ella no era una niña también? ¿Por qué debia hacerlo?

Ella también queria vivir.

- Yo también tengo una vida... - murmuró Bea con los ojos llorosos.

- Tu perdiste tu vida ese dia en el bosque. - contradijo Rosalie.

- Pero...

- ¡Hazlo de una vez, maldita sea! - exclamó su madre, logrando hacerla sobresaltar del susto- ¿Cómo es que puedes ser tan egoista? Deja de pensar en ti y piensa en tu familia.

Rosalie bufó irritada al ver que Bea no se movia. Su paciencia de agotó y bruscamente tomó la mano de su hija.

- Lo intente por las buenas. - espetó- No me dejaste otra opción.

Bruscamente puso el dedo se Beatrice sobre el gatillo y llevó la pistola a la cabeza de su hija.

Bea no puso oposición, ella no queria ser una egoista como su madre decía. No queria arruinar la vida de su familia, asi que dejo que su madre sujetara la pistola contra su cabeza y cerró los ojos, esperando a que jalara el gatillo.

Pero en ese momento la puerta se abrió de golpe, dejando ver a un muy molesto Raphael.

- ¿¡Qué mierda estás haciendo, Rosalie!? - exclamó corriendo hacia su esposa e hija.

Arrebató el arma de las manos de Beatrice rápidamente y miró con furia la mujer.

- Lo correcto. - espetó Rosalie levantándose de la cama.

- ¿¡Lo correcto!? ¡Solo tiene 13 años! ¡Es una niña! ¿¡Te volviste loca!? - exclamó Raphael.

- La edad no cambia el que sea un monstruo. - bufó la mujer.

- Es tu hija. - espetó el hombre, aún sin poder creerse lo que su esposa habia estado apunto de hacer.

Beatrice solo miraba la discusión sentada en su cama con los ojos llorosos. No le gustaba que sus padres discutiesen y menos por su culpa. Podia sentir toda la furia y tensión que habia en el ambiente y eso estaba empezando a agobiarla.

Pero sintió su corazón detenerse al escuchar las palabras de su madre. Las palabras que nunca pudo olvidar.

- Ella no es mi hija. - contradijo la mujer con furia- Nunca lo ha sido y nunca lo será.

Rosalie salió a zancadas de la habitación y Raphael soltó un jadeo de sorpresa al escuchar las palabra de su esposa.

El sabia perfectamente que Rosalie nunca habia aceptado a su hija, pero nunca penso que seria capaz de llegar a este punto.

Bea se quedo helada al escuchar a Rosalie, ella ya habia escuchado decir a su madre muchas veces, pero el despreció con que lo pronuncio esa vez fue diferente. Pudo sentir algo romperse dentro de ella al escuchar ser rechazado con furia por su propia madre.

Raphael se sentó en la cama y atrajo a su hija hacia el en un abrazo.

- No quiero lastimar a mis hermanos. - murmuró Bea- No quiero lastimarte a ti.

- No lo harás. - aseguró su padre aprentando más el abrazo y acariciando el cabello castaño ceniza de su hija- No lo harás.

Y a pesar de que Raphael pondría las manos al fuego por Beatrice, el sabia que no le sorprendería si algún dia se quemaba.

Pero estaba dispuesto a arriesgarse.