*NARRADOR OMNISCIENTE*
Habían pasado tres meses desde esa noche y nada habia vuelto a ser igual para Bea.
Beatrice ya no comia nada que no fuera preparado por ella misma o su padre, ya que tenia miedo de que la comida de Rosalie tuviera algo que la matara.
Beatrice se habia acostumbrado poco a poco a las emociones de esa casa, por lo que ahora salia más de su cuarto, pero no habia vuelto a salir de la casa.
Rosalie no habia vuelto a atentar contra la vida de Bea, o al menos eso era lo que los demás creían, porque a pesar de que la mujer lo intento de muchas formas, no logró el cometido de matar a su hija.
Y eso no era todo.
Las habilidades de Beatrice cada dia estaban más descontroladas. No sabia como dejar de leer los pensamientos de los demás y cada vez que una emoción era muy fuerte para ella tomaba litros de limonada, ya que su sabor amargo era de las pocas cosas que podia tranquilizarla al menos por unos minutos y se ponia sus audifonos para escuchar alguna canción a todo volumen.
Pero ese dia todo cambio.
- ¡Betty! - Thomas entró en la habitación de su hermana con una sonrisa.
- ¿Qué quieres? - bufó la castaña enterrando su rostro en su almohada.
- Ven conmigo. - su hermano le tendio una mano, pero ella no la acepto
- ¿Dónde?
- Ya verás. - Thomas tomó la mano de su hermana y la sacó de su habitación a pesar de los reclamos de la chica.
El castaño la llevo hasta la sala de estar, en donde Raphael estaba esperandolos sentado en el sofá.
- ¿Me van a decir que es lo que pasa? - se quejó Bea- Me duele la cabeza.
- Pues tendrás que soportar el dolor porque hoy estarás todo el dia fuera de esa habitación. - determinó su padre, haciendo que la castaña encendiera todas sus alertas.
- ¿Qué?
- Lo que escuchaste, hoy no volveras a ese cuarto hasta que se haga de noche. - repitió el mayor de los Leblanc.
- Estan locos. - espetó Bea retrocediendo, pero su hermano la detuvo.
- Betty, es por tu bien, no puedes pasar toda tu vida encerrada, debes aprender a superarlo.
- Para ustedes es muy fácil decirlo. - bufó Beatrice- No tienen mil emociones ajenas abordandolos todo el tiempo. No tienen voces en tu cabeza que no son suyas todo el tiempo. No tienen imagenes cruzado su cabeza todo el tiempo. ¡Ustedes no lo entienden!
- Puede que no sepamos como te sientes, pero sabemos que seguir en esa habitación terminara matandote. - suspiró su padre.
Bea soltó una risa sin gracia.
- Entonces con más razón voy a encerrarme en mi maldito cuarto. - espetó la castaña intentando retirarse del lugar, pero su hermano volvió a detenerla.
Sin decir nada más y a pesar de los forcejeos de la castaña, Raphael y Thomas llevaron a la chica hasta el sótano de la casa, en donde Beatrice quedo paralizada al encontrarse con varios tipos de armas, libros y un saco de boxeo colgado en el techo.
- ¿Qué mierda es esto? - cuestionó la Bea.
- Ese dia en el bosque te mordieron porque no sabias defenderte. - habló su padre- Eres buena en arco, pero no en defensa. Voy a entrenarte y una vez que estes lista te ayudaré a controlar tus habilidades.
- Dijeron que no sabian casi nada sobre telépatas, ¿cómo piensan hacerlo? - cuestionó Bea a la defensiva.
- Hemos estado leyendo los diarios de la abuela - dijo su hermano- Encontrarmos algunas formar de concentración que a ella le funcionaron.
Beatrice no entendía porque hacian todo esto. ¿Acaso no se daban cuenta de que ella era un caso perdido? ¿No se daban cuenta de que ella era un monstruo que no tenia arreglo? ¿Por qué se esforzaban tanto?
- Bien, Beatrice. - su padre sonrió- Bienvenida a tu primer dia de entrenamiento.
La castaña no puso más oposición, pues lo vio como una forma de pasar más tiempo con su padre y hermano antes de que llegara el dia que tanto habia estado planeando.
El dia en que Beatrice acabara con su vida.
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𝐓𝐄𝐋𝐄𝐏𝐀𝐓𝐇 𖦹 Tᴇᴇɴ ᴡᴏʟғ
Fanfic𝐓𝐄𝐋𝐄𝐏𝐀𝐓𝐇 ᯾ «𝘌𝘭𝘭𝘢 𝘩𝘶𝘪𝘢 𝘥𝘦 𝘴𝘪 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘢 𝘴𝘪𝘯 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘩𝘢𝘣𝘦𝘳𝘴𝘦 𝘱𝘰𝘥𝘪𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘦𝘳» _______________________________________ Beatrice Leblanc llega a Beacon Hills de la mano de su maestro, Gerard Argent, para esca...