Eres un Imbécil

599 40 12
                                    

A lamañana siguiente, me desperté sola en la cama, Carlos  ya no esteba, seguramente se había levantando temprano para ponerse al tanto de todo lo que ocurría en Bogotá era muy intenso cuando de trabajo se trataba. Revise mi correo percatandome de varios mensajes en el no muy importantes así que podría leerlos luego. Entre al baño y me di una ducha larga y relajante pero en mi comidad sabía que debía apurarme y ponerme al día con nuestros trabajo, el papá de Carlos estaba enfermo pero el debía cumplir con sus obligaciones igual.
Tomando la ropa que usaría, los recuerdos de la noche anterior vinieron a mi, habíamos hecho el amor después de tanto tiempo hicimos el amor, era cierto Carlos me necesitaba pero yo lo necesitó más aún así que decidí olvidar lo pasado y comenzar desde cero, el muchas veces quiso mostrar ser fuerte y frío pero toda esta situación hizo que el Carlos de antes saliera a la luz nuevamente. Por eso, mientras estuvimos juntos en la cama, no dijimos mucho, no habia necesidad solo nos dedicamos a sentir. Ya no iba a dar pasos hacia atrás esto que siento por él es muy fuerte tan fuerte que me daba miedo.

Barranquilla es una cuidad calurosa así que decidí cómprame unos vestidos frescos tipo playeros, tome uno color azul y blanco, use unas sandalias bajitas en realidad me veía muy sencilla y casual, recogí mi cabello y aplique poco maquillaje. Tenía mucha hambre anoche entre tanto voleo no comí pero ya mi cuerpo no puede estar sin nada en el estómago.

Bajé las escaleras y segui las voces, a donde supuse era el comedor. Para cuando llegué, me encontré con que Carlos, Amanda  y la señora de servicio. Él tomaba un café mientras leía en su algo en su teléfono, y ella la muy perra no dejaba de verlo no quitaba los ojos sobre él.

--- Buenos dias... saludé, con una pequeña sonrisa.

Amanda, que estaba dándome la espalda, volteó a verme con su caracteristica expresión de desprecio, como si yo no valiera la pena.

--- Los empleados comen en la cocina... murmuró.

Maldita, mis mejillas se pusieron tan rojas. Está mujer sabía que yo no era ninguna empleada, ella sabía perfectamente bien quién era yo, pero solo quería humillarme y hacerme pasar un mal rato. Pero yo no voy a permitir darle el gusto a esa vieja, mis pies estaban por girar quería salir de ahí.

--- Carolina, no es ningúna empleada... Dijo con un tono frío. Ella es mi compañera de trabajo y eso tú lo sabes perfectamente bien.

Amanda quiso pasar por apenada pero esa expresión tan falsa se le notaba a leguas, se que me caía muy mal y ella no podía disimularlo.

--- Ven caro... Pidió Carlos jalando una de las sillas para quedar más cerca de él.

Ignore a esa perra hormonal y fui su lado me senté , Carlos y yo nos miramos sin decirnos nada el tomo mi mano y la entrelazó con la de el por encima de la mesa.

La cara de sorpresa de Amanda era indescriptible , parecía que sus ojos se le iban a salir y si de verdad le caígo mal ahora debe ódiarme. Carlos se acercó a mi dándome un delicado beso sobre mi mejilla.

--- Buenos días... Saludo

No sabía ni que decir, volver a ver al Carlos de antes me tenía fuera de mí, pero me encantaba volver a tener a este hombre que por pendejada deja ir.

Amanda no dejaba de mirarnos, su mirada bailaba sobre nosotros, le di una sonrisa si ella era una perra yo también sabía ser una.
Después de desayunar Carlos y yo nos quedamos trabajando, haciendo un par de arreglos al aspecto físico de nuestros personajes, Blanco era una maestra es todo esto pero siempre tomaba en cuenta nuestras opiniones. Por lo tanto el día fue pasado entre llamadas, correos y videollamadas para tratar de está al día y no atrasarnos en nada. Ya en la tarde Carlos se despidió de mi debía ir nuevamente al hospital a ver a su padre y al abogado a cargo de las escrituras, él no quiso decirme mucho pero se que algo estaba pasando y algo me estaba ocultando también.
Para no quedarme sola y cerca de esta mujer decidí salir a caminar, despejar un poco la mente cerca de acá estaba la horilla de la playa así que tome ese camino se que serían unos cuantos minutos que me tomara llegar hasta allí pero se que valdría la pena. La sueve brisa tocaba mi rostro escuchar las olas me daba tanta paz que un por un momento olvide la noción del tiempo y quizás estuve ahí más horas de las prevista, había dejado mi teléfono en la casa del papá de Carlos, como ya empezaba a oscurecer decidí regresar a la gran casa. Estaba relajada y tranquila eso me había sonreír, pero mi  sonrisa murió cuando encontré un gran alboroto dentro de la casa.
Amanda estaba llorando con un fingido dolor sentada en las escaleras, y solo cuando entre, alzó su mirada y ahí nuevamente estaba su desprecio hacia a mí.

--- ¿Que miras?. Pregunto gritando.
No sé que mierda pasaba pero está no iba a gritarme.

--- Te he respetado por ser la esposa del papá de Carlos, pero me tienes arta ¿que mierda te pasa a ti conmigo? Pregunté con los dientes apretados.

Ella dió unos pasos hacia mí, dejando a un lado su mal fingido llanto, trate de estar lo más tranquila posible, pero si está piroba se atrevía a ponerme una mano encima iba a olvidarme de modales y respeto.

--- Quiero que te largues de mi casa. Reía y la bacile.

--- Estoy aquí por Carlos no por tí.

Camine pasándole por el lado directo al despachó donde habíamos estado trabajando Carlos y yo está mañana, necesitaba alejarme de esta mujer , pero apenas entre encontré a Carlos sentado con la una vaso en la mano. Si su mirada estaba perdida como si hubiese pasado por algo muy fuerte y estoy segura que sea lo que sea no fue nada agradable. Me acerque a él pero se dió cuenta que estaba allí, esperaba que me abrazara, que me dijera algo o incluso que me diera unos de sus malos chistes y así alejar tantas cosas tristes pero si mirada me hizo saber que no iba hacer nada bueno.

--- ¿Dónde coño estaba?... Me preguntó nunca me había hablado de esa forma.

--- Como te fuiste, quise salir a caminar y no quedarme aquí sola. Arrugue las cejas. ¿Por qué me hablas de esa forma?

Bufo poniéndose de pies dejando el vaso sobre el escritorio.

--- Hay tanta mierda que hacer mi padre acaba de morir de un jodido paro respiratorio y tú decides irte a dar un paseo y dejar su jodido celular botado. Alzando cada vez más su voz me reclama.

Quería que alguien me abrazara, me sentía pequeña, yo pensando que volvía hacer como era antes, y aquí estaba atacandome sin necesidad sin culpa, seguro este era un karma de mierda que me tocaba pagar.

--- Lo siento.. no me salían las palabras quería llorar. Me sentía ofendida por él está no era la manera de decir las cosas, por mucho dolor que sintiera esto no era mi culpa.

--- No se para que te dije que me acompañaras.
Abrí la boca, pero al mismo tiempo la cerré. Más allá de la molestia de Carlos que nisiquiera sé el por qué, podía ver y entender su dolor, estaba cargando con la muerte de su padre. Pero eso no le da el derecho de tratarme mal y menos cuando soy la única persona que siempre va a estar para él a pesar de todo.

--- Se que te duele, y puedo entenderlo, pero eso no te da el derecho de hablarme así, eres un Imbécil Carlos... Hablé suavemente, trate de estar muy calmada.

Quitó la mirada sobre mí, una parte de mi quería golpearlo por ser tan imbécil y la otra necesitaba abrazarlo tan fuerte que el sintiera que estaba aquí con él y para él.

--- ¿Sabes qué? Carolina Ramírez, piensa lo que te de la gana, como siempre.

Suspiré, olvidé sus palabras me acerque a él, pero el retrocedió, me dolió jodidamente me dolió, anoche estuvimos Juntos el buscando consuelo, se lo di y ahora el simplemente me sacaba el culo porque sí.

--- Necesito salir de aquí... Dijo pasando por mi lado saliendo del despechado dejándome sola, sintiéndome como una idiota. Ir detrás de el no era la mejor idea lo mejor era dejarlo solo.







Ahora Que Te Tengo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora