Piénsalo Bien

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--- Y a qué se debe tan agradable sorpresa. Sonreía como una boba.

--- ¿Es que acaso no se puede extrañar a una gran amiga?. A pesar de tener una voz muy pesado, todo lo que salía de su boca Siempre era perfecto.

--- No podías recistirte ante semejante bombón. Bromie haciendo que el se riera.

--- Ya que estoy nuevamente en tú tierra, que tal y ¿si nos vemos?. Este era mi boleto de salvación y no lo iba a desperdiciar.

--- Jamás rechazaría a mi mariachi favorito. Ambos comenzamos a reír.

--- Lo sé...interrumpio,  ¿Qué tal si vamos a restaurante y cenamos?

--- Dame uno minutos y me visto.

--- ¡Hey! Te prometo que la pasaremos bien, no se por que algo me dice que no estás muy bien. Y así colgó .

Suspiré, debía salir y dejar de pensar, tomar aire y pensar en otra cosa que no fuera Carlos. Mark pasaría por mí en media hora, el tiempo exacto para que me pudiera arreglar. Me acerque a mi hermano quien no se había ido para informarle que saldría eso le alegró mucho, se que se había quedado por mí así que lo inventi para que regresará tranquilo a su casa.

Un falda negra de semi cuero arropada mis caderas, una camisa roja y unos tacones no muy altos para no cansarme, solté mi cabello que ahora se veía más sano después de tanto tinte había logrado tomar su color y brilló natural. Mire mi reflejo en el espejo y estaba satisfecha soy del tipo de mujer sencilla, pero quería sentirme y verme bonita lo necesitaba por eso me tomé el tiempo para arreglarme un poco más.

Cuando Mark llegó, me despedí de mi hermano quien no quiso irse hasta que vinieran por mí, los ojos de mi adorado amigo brillaron cuando me subí a su auto, poso su mirada muy fija sobre mi.

--- Estás de puta madre, Carolina. No pude evitar reírme.

--- ¡Gracias papi! Tu tampoco estás nada mal. Asegure con el mismo tono de voz que el usó.

Pero eso hizo que sus ojos brillarán aún más.  El carro comenzó avanzar, en el trayecto nos sumergimos en una conversación muy agradable acerca de su trabajo en México, adoraba a Mark , era un hombre muy agradable, respetuoso siempre iba despacio sabía cuándo y cómo decir las cosas, a pesar de saber que el se había interesado en mi Mientras trabajamos juntos eso nunca ocasionó algún cambio en nuestra amistad al contrario él siempre fue correcto, simpático y amable. Todo lo que un hombre debería tener, y, sin embargo, en lo único en lo que podia pensar era en Carlitos. Maldito Carlos Torres.

Llegamos al restaurante y me sorprendi al ver que era uno muy elegante, incluso yo que vivo en esta ciudad no lo conocía, menos mal me había vestido bien. Habían grandes mesas era muy espacioso pero sobre todo discreto lo que daba una especie de intimidad. Pedimos unas copas junto a un vino blanco que por su puesto el conocía mejor que yo. Tomaron nuestro pedido, mientras esperábamos la cómida comenzamos hablar muchas cosas más sobre ambos, risas iban, risas venían la verdad es que era agradable pasar tiempo con Mark.

--- Alomejor te tomo por sopresa mi llamada. Bromeó con una sonrisa. --- Pero quería verte, la última vez que te ví, no supe más de tí.

---Me alegro de que lo hayas hecho, necesitaba salir y desestresarme... confesé, dándole una pequeña sonrisa. Sinceramente su llamada fue mi salvación, además el lugar era precioso y la comida seguramente muy buena.

--- Pero cuentame como va lo del nuevo proyecto, se comenta que es algo muy bueno.
No quería llegar a este tema, porque al mencionar este nuevo trabajo era automático, hablar de Carlos. Deje caer los hombres expresado cansancio y se que Mark lo noto porqué inmediatamente arrugó sus cejas.

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