!No Más!

550 44 32
                                    

Quedamos de piedra, abrí los ojos al igual que Mark. Carlos estaba al lado de nosotros y nos miraba con mucha rabia, tanta que sentí un escalofrío por todo mi cuerpo. Fijo los ojos en mi y luego en Mark sentí que en cualquier momento se le lanzaría encima dispuesto a matarlo a golpes.

--- ¿Que deseas Carlos Torres?... Dijo molesto mi amigo, ya se le podía ver la rabia que quisiste hace rato trató de disimular. Le daba razón Carlos había estado molestando desde que llegó.

--- Necesito hablar con Carolina. Aseguro tranquilamente, pero sabía que detrás de toda esa calma que destilaba estaba furioso.

--- ¿Y tiene que ser justo en este momento?. Respondió Mark.

--- Si.. dijo secamente.

Mark apretó los puños ya no estaba relajado y mucho menos calmado, su rostro se había tornado muy rojo. Mientras que a Carlos le valía verga aún así no iba a dejar que estos dos se matarán y mucho menos en este lugar. Quizás fue mi error al querer darmelas de viva en provocar celos en Carlos. Varios de los invitados nos miraban intentando chismosear.

--- Carolina, no está trabajando. Ella no tendría que estar pegada a tí todo el tiempo.

--- Me sabe a mierda, así que con tu permiso... Dijo me tomo por el brazo sacándome de la pista de baile. Mire a Mark tratándole de hacerle entender que lo mejor era dejarme hablé con él.

Me deje llevar por Carlos hasta el jardín, lo que menos quería era ser el centro de atención por un escándalo, nos retiramos bastante del salón llegando a una de las piscinas más lejanos no habían personas al rededor ya que todos estaban en el gran salón. Iba a caerme estaba segura que al dar un paso infalso caería de geta, Carlos abrió la puerta de los vestidores cerrando y pasándole seguro. Sin medir mi impulso lo empuje haciendo que retrocediera unos cuantos pasos.

--- ¿Quién coño te creés para traerme de esta forma?. Pregunté gritándole.

La tranquilidad que sostuvo afuera se había esfumado Mientras me miraba. Estaba a punto de perder el control.

--- Ese cara e chimba iba a a besarte. Murmuró.
Bufé.

--- ¡No me digas! Si no me lo dices no me doy cuenta. Respondí con ironía. ¿No te diste cuenta que yo quiera besarlo también?. Nadie te pidió que fueras un Idiota a interrumpirnos y mucho traerme a rastras hasta aquí. No decía nada , me agarró de la cintura y me pegó contra la pared. Sus labios fueron a mi cuello y dió unos cuantos besos allí. Quise detenerlo pero mis palabras fueron interrumpidas cuando acarició mi seno tocando el punto sensible con su pulgar, por encima del vestido. Mierda cada toqué de sus manos encendía cada fibra de mi cuerpo.

---- Tú no quieres que él te bese... susurró con suavidad, mientras seguía haciendo movimientos circulares en mi pezón... --- no quieres que sea él quién te bese y mucho menos que te haga el amor... dijo y presionó más fuerte mi pezón, hasta que un gemido de placer salió de mi boca..

--- Porque solo quieres y deseás que sea yo el que lo haga. Imbécil este, no decia mentiras, pero si seguridad me molestaba. Carlos no era el dueño del mundo y mucho menos mío. Podía amarlo con locura pero así las cosas no iban conmigo, lo empuje quería estar lejos de el, me molestaba su actitud. Y como era Carlos Torres no iba a darse por vencido, me agarró de las manos y las colocó al lado de mi cabeza encerrandome.

--- No pretendas engañarte, sabes que es la verdad. Acercó los labios a mi boca sin besarme. Solo recorría la mirada sobre mi rostro intentando detallar cada uno de mis gestos.

Sus labios tomaron los míos con fuerza, quitándome el aliento. Le correspondí, porque a pesar de que lo intentara el deseo por él no se extinguía. La boca de Carlos se movía contra la mía, como demostrándome que nadie más iba a besarme como él, tan apasionado, tan arrebatador. Y tenía razón, nunca encontraría a nadie como él. Yo ya estaba enamorada de Carlos, ¡Perdí!. Lo empujé de nuevo y esta vez se alejo nuestras respiraciones eran agitadas.

--- No podemos seguir con lo mismo —susurré, apoyándome contra la pared... --- No soy una mujer para un polvo rápido.

Asintió.

--- Lo sé, créeme que lo sé... dijo rindiéndose.

----  Pero te quiero conmigo.

--- ¿Por cuánto? ¿una noche, un mes?. Pregunté

--- Para toda la jodida vida... murmuró y mi corazón tenía las intenciones de salirse.

--- No puedo... dije... ---  No puedo tener nada contigo cuando sé que puedes romperme el corazón... Tú ya no eres el mismo Carlos.

--- Caro....

--- Se que esto es consecuencia de mis temores y fui yo quien te alejó, pero quién me dice que no querrás desquitarte.

--- ¿Será que me dejas hablar?. Pregunto...

---Siempre es un jodido lío. Dijo enojandose.
Esto fue ta gota que derramó el vaso.

--- No Carlos, ¿para qué?. Lo mejor es que nos mantengamos alejados, creo que lo mejor siempre fue eso que cada uno estuviera por lado.

No dijo nada, solo me miraba parecía que estábamos en un momento delicado dónde en cualquier momento exolotriamos, yo tenía mis razones y él las conocía, éramos excelentes compañeros, teníamos buen sexo y si nos deseamos mucho pero Carlos ya no había querido tener una relación con nadie. Ya se había acostumbrado a tomar y desechar.

--- Ni sueñes, que te dejaré en paz, no cometeré el mismo error. Hablaremos de lo que nos pasa quieras o no. Dijo al fin como si nada.

Colapse empuje a Carlos y fui hacia la puerta para largarme de allí. Él no me detuvo.

--- No más Carlos.. no más... Pedí antes de salir.
Mark venía hacia a mi, se le veía aún enojado y se que mi cara también le decía mucho. Estaba preocupado en sus ojos se le podía ver y eso me hizo sentir mal porque a pesar de ser mi amiga no tiene porqué estar pasando por estos malos ratos.

Suspiré parandome frente a él.

--- ¿Puedes llevarme a mi apartamento?pregunté... --- Estoy cansada.

--- Por supuesto.

Cuando salimos de ta fiesta, pude respirar con tranquilidad, sabiendo que Carlos no iba a venir de nuevo a molestarnos. Necesitaba pensar y decidir con cabeza fría. Mark notó mi estado de ánimo pero no pregunto nada el sabía cuándo y cómo hablarme. Cuando llegamos a mi apartamento le di una sonrisa.

--- Interesante noche... Dijo.
Asentí.

---  Discúlpame por lo de Carlos, a veces se vuelve loco.

--- Sí, ya me he dado cuenta de eso. Ambos reímos.

Cuando lo miré, estaba muy seria, porque lo que iba a decir iba a dolerme, aunque sabía que era lo mejor.

--- ¿Seguirá en pie tu propuesta de ayudarme en México?

Su sonrisa fue mi repuesta, solo me basto ver el brillo en sus ojos para saber que podía contar con él.

Ahora Que Te Tengo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora