—¡He dicho que esperes!
Takeo rodó los ojos y volvió a tomar asiento frente a la mesa.
—Mis amigos deben estar esperándome.
—Esperar otro poco no los matara, Noboru ya casi termina.
El menor estaba sentado sobre mis piernas, volví a llenar la cuchara con comida y la lleve a su boca, Noboru la recibió gustoso mientras veía a su otro hermano.
—No entiendo la necesidad de ir juntos.
—Tengo que asegurar que es cierto que iras al festival y no a otro lado.
—¿No confías en mí?
Lo mire como si hubiera dicho una tontería.
—No del todo, ya me has aplicado ese truco antes y está vez prefiero asegurarme que el lugar al que dices ir es cierto.
Él ya no dijo nada más y espero hasta que Noboru terminó de comer, deje los trastos sucios en la tarja y finalmente salimos de casa. Durante el camino yo iba cargando al menor, pero este al notar las luces y el bullicio del festival más cerca se sacudió con emoción en mis brazos.
—¡Quiero un algodón!
—Los que gustes.
—¿Y a mí no me darás dinero?
Lo miré con burla. —Tú ya eres lo suficientemente grande como para conseguir un poco de dinero.
—Pero...
—Ya deja de chillar —saque unos pocos billetes y se los extendí. —Sabes que deberás pagarme haciendo labores en el hogar, o pagarme con intereses, tú decides.
—Solamente dime que haré —arrebató los billetes con molestia.
Ya cuando estuvimos en la entrada le hice un gesto con la mano, indicándole que se fuera.
—Ya lárgate.
Sin añadir nada más lo vi avanzar por el festival, no aparte mi vista de él hasta que más adelante lo divise encontrarse con sus amigos y saludarse con ellos en golpes amistosos.
—¡Bájame! ¡Quiero recorrer todo!
Obedecí a la petición del menor y lo sujete de la mano, me dejaba arrastrar por él a todos lados, nos detuvimos en ciertos juegos, al igual que en algunos puestos de comida. Pagaba por las cosas que él quería, aunque poniendole ciertos límites, en si no era un niño que constantemente pidiera cosas, pues era consiente de la situación en la que vivíamos, pero al fin y al cabo como todo niño había veces que pedía cosas.
Ahora estabamos simplemente caminando por el festival, lo llevaba cargando pues después de tanto correr y jugar había terminado agotado. Lo arrullaba ligeramente mientras daba palmadas suaves en su espalda.
—¿Tomaste tu medicina antes de salir de casa?
Él asintió mientras se abrazaba de mi cuello y se acurrucaba sobre mí. Notaba que comenzaba a quedarse dormido.
Miré al cielo cuando sentí caer unas cuantas gotas, aquella suave llovizna rápidamente se intensificó. Corrí hasta la zona del bosque mientras quitaba la mochila de mi espalda, saque el suéter e impermeable de mi hermano y se los coloque con cuidado para no despertarlo. Finalmente saque el paragüas que también llevaba y nos cubrí a ambos, seguí mi rumbo hasta llegar a aquellas escalares del santuario Musashi.
A mitad de ellas tome asiento y simplemente me dedique a mirar hacia enfrente, mis ojos viajaron ligeramente al costado de la calle cuando vi unas luces aproximarse, ya estando más cerca noté que se trataba de una motocicleta, esperaba que pasara de largo pero se freno justo al frente de las escaleras.

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Perecedero. -Takashi Mitsuya-
Fanfiction❝Te convertiste en la luz de mi vida.❞ ☆ Mitsuya Takashi y tú. (OC) ♔ No copia u adaptación, historia de mi completa autoría. Los respectivos personajes pertenecen al anime/manga "Tokyo Revengers", la creación del mismo es obra de Ken Wakui.