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—¡No te apresures, Baji!

Él no me prestó atención y corrió hacia arriba en dirección a Kisaki, sosteniendo un fierro en una de sus manos. Con dificultad comencé a subir entre la montaña de vehículos para poder alcanzar al varón, pero era mucho más rápido.

—¡Kisaki! —Baji acesto un golpe en la cabeza del moreno, mandándolo a volar unos cuantos carros abajo.

Finalmente después de unos segundos llegue hasta el azabache, tenía la respiración algo agitada ya que no acostumbro a subir tan rápido. Mi compañero me miró en silencio mientras regulaba mi respiración, mientras me observaba se le escapó una sonrisa ladina con una pequeña risa.

—Te dije que no te precipitaras.

—¿Ya recuperaste el aliento? —Dijo en un tono de burla mientras soltaba risas. Le mostré el dedo medio y eso lo hizo reír más. —Lo siento por adelantarme, moría por golpear a ese mal nacido.

—¡Baji derribo a Kisaki! —Los miembros de Valhalla gritaron en apoyo al mencionado.

—¡Voy a molerte a golpes hasta que quedes irreconocible! —Terminó de hablar para mirarme de reojo sutilmente —es hora de apegarnos al plan... —mencionó en voz baja para mí.

—¡Baji, detente!

—¡Vinimos a buscarte!

Al ambos estar distraídos no notamos que uno de los compañeros de Kisaki se posaba detrás nuestra, tomó a Baji por el cuello trasero de la chaqueta y lo lanzó hacia abajo. Me giré rápidamente quedando de frente con aquel sujeto.

Él me miraba sin una expresión aparente en su rostro y sus ojos viajaron detrás mía. —¿Estás bien Kisaki?

—No oigo más que los zumbidos de esa maldita mosca —arrojo sus lentes agrietados y llenos de sangre al suelo, miro sobre su hombro en dirección al de melena larga. —Hay que exterminarlas —finalizó mientras me miraba fijamente.

—Carajo.

Masculle cuando un golpe fuerte impacto en el costado de mi cabeza, caí de golpe mientras sentía que todo a mi alrededor giraba, me enderece un poco mientras apretaba los dientes intentado enfocar mi vista.

—Dale saludos de mi parte.

Alcé la vista ligeramente cuando escuché la voz de Kisaki, me dió una patada y caí rodando. Me estaba llevando muy buenos golpes.

—¿Estás bien? —Baji se acercó y me extendió la mano para ayudarme a levantarme.

—De maravilla —dije mientras tomaba su mano para ponerme de pie; escupí la poca sangre que se alojaba dentro de mi boca.

Antes de que pudiéramos subir de nuevo Chifuyu, el amigo del azabache, se colocó frente a nosotros extendiendo sus manos a los costados, como si eso fuera a impedirnos el paso.

—Chifuyu, ¿qué crees que haces?

—No lo hagan. Baji, derrotar a Kisaki en este momento sería lo mismo que traicionar a Mikey. Por el bien de la ToMan ahora no...

Mi compañero interrumpió sus palabras al darle un golpe en el rostro, provocando que cayera de costado.

—¿Quién te crees que eres, Chifuyu? Sólo te mantuve cerca porque sabías pelear, no podría importarme menos lo que pienses.

Sabía que a Baji le dolía en el fondo tener que decirle todas esas mentiras al rubio.

—¡Soy el subcapitán de la primera división! ¡Estoy aquí para protegerte! ¡Si de verdad piensan seguir, no voy a contenerme!

Perecedero. -Takashi Mitsuya-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora