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—Nos vemos mañana Omori —se despidió con la mano mientras se alejaba con los demás alumnos que ya se retiraban también. Yo simplemente le moví la cabeza en despedida con una sonrisa fingida.

Me estire un poco y saque la lista que guarde en el bolsillo de mi sudadera.

—Ok, de aquí al centro comercial no es mucho tiempo caminando —hable para mí misma.

—¡Omori!

Alce la vista cuando escuché que me llamaban, busque con la vista de quién se trataba y justo en el borde de la acera vi moverse una mano entre la multitud de estudiantes, me pare de puntillas y divisé mejor aquella cabellera lila.

Guarde de nuevo el papel y camine hasta donde estaba el varón. —¿Qué haces aquí Mitsuya?

El mencionado estaba ligeramente recargado sobre su motocicleta.

—Solamente pasaba por aquí, y recordé que en esta escuela estudias tú, decidí tentar a mi suerte y parece ser que estaba de mi lado ya que llegue justo a tiempo de la hora de salida. —Me dedico una suave sonrisa.

—¿Cómo sabes que estudio aquí? No recuerdo habértelo dicho —mi mueca reflejaba genuina confusión.

—Sí me lo dijiste —a mí parecer sonó nervioso. —Supongo que no lo recuerdas, pero me lo dijiste.

—De acuerdo... —Dije no muy convencida. —¿Puedo ayudarte en algo Mitsuya?

Supongo que vino porque necesitaba mi ayuda en algo.

—Solamente quería pasar tiempo contigo. —Su mano se dirigió a un mechón de cabello que estorbaba en mi rostro, lo tomo suavemente entre sus dedos y lo llevo detrás de mi oreja de manera lenta; su mirada permaneció en mis pozos durante todo ese rato.  —¿No te molesta mi presencia?

Sus falanges se quedaron ahí unos segundos más mientras seguía observandome. No pude evitar colocarme nerviosa y baje la mirada para que no viera eso, y para que no pensara que agache la mirada por eso decidí fingir rebuscar en los bolsillos de mi sudadera hasta que finalmente saque la lista.

—Entonces, ¿podrías ayudarme a hacer las compras? —Puse la hoja de papel frente a su rostro.

Su mano se alejo de mi cara y tomo la nota que se le era mostrada, leyó un poco de ella para finalmente regresarmela y sonreírme ligeramente.

—De acuerdo, andando. —Revolvió mis cabellos de manera cariñosa y se subió a su motocicleta. —Cierto, ¿no tienes problema en viajar en moto con tu falda? Si es así podemos caminar sin problema, no quiero que te sientas incomoda o algo por el estilo.

—No me molesta, siempre uso un short debajo de la falda así que no hay molestia, además, la falda no es corta, por lo cual me cubre bien.

No espere a que me respondiera y me monte con él, espero a que me acomodara correctamente y una vez confirmado eso encendió la motocicleta, haciendo que los estudiantes aún presentes voltearan en nuestra dirección cuando el estruendoso ruido del motor se hizo presente.

• • •

—¿Son estas las que están en la lista?

El costurero me mostraba un paquete de galletas.

—Son esas, muchas gracias Mitsuya.

El asintió y las echo en el carrito de super.

—No sabía que te gustaban ese tipo de golosinas.

—Son ricas, pero no, no son para mí. Son las favoritas de Noboru, así que esas son especialmente para él, al igual que los paquetes de jugo. Se los mando como postre para la escuela. —Nos detuvimos en el pasillo de congelados. —Y este sabor de helado es el preferido de Takeo, le encanta comerlo mientras ve la televisión, aún si hace frío. Y el paquete de nuggets con forma de dinosaurios, ¿para quién crees que es?

Perecedero. -Takashi Mitsuya-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora