Ambos estábamos en silencio, Takashi limpiaba y curaba con sumo cuidado mis heridas, hasta que finalmente termino y se colocó de rodillas frente a mí, sosteniendo mis manos con cariño.
—¿Estás lista para hablar de ello? Entenderé si no quieres, no quiero presionarte.
—No... Es decir, estoy lista... quiero hablar de ello...
—De acuerdo —siguió con su tacto en mis manos, esperando pacientemente a que estuviera lista para hablar.
Jugué con mis manos un poco nerviosa, hasta que finalmente obtuve el valor suficiente para hablar. —El día que fuiste a casa con tus hermanas a comer, ¿recuerdas que fui a la farmacia? ¿Cierto?
—Claro.
—Bueno... Ese día me informaron sobre que algunos de los medicamentos que toma Noboru habían subido de precio, de por si sus medicinas no son baratas, y con ese aumento tenía que alterar mis gastos —rasque mi cabeza con frustración. —Tenía bien organizado la cantidad de dinero que ganaba y el cuanto gastaba para poder llevar una vida digna... pero eso fue un duro impacto, de pronto los ingresos que obtenía dejaron de ser suficientes, y aunque tengo dinero ahorrado no bastaría...
—Pero... ¿Por qué hacer esto?
Mi mueca abatida hizo presencia. —No hay demasiadas opciones, créeme que lo he intentado antes. No hay muchos trabajos para gente de nuestra edad, y sobre todo para las mujeres... no trabajos dignos.
—Entiendo... —volvimos a quedarnos en silencio. Estaba avergonzada de que Takashi haya tenido que verme así, se supone que ganaría algo de dinero y volvería sin que nadie se enterará de lo que realmente había estado haciendo. —Escuchame bien Atsuko —afianzo su agarre. —Por nada del mundo quiero que vuelvas a meterte en algo así, y sobre todo, que ocultes cosas tan importantes, no estás sola, y no tienes porque tener miedo o vergüenza de pedir ayuda. Pedir ayuda no es rendirte, ¿bien?
No respondí y abrace con fuerza a Takashi, siendo correspondida al instante. —Gracias, Takashi. —Oculte mi rostro en el hueco de su cuello.
—No tienes porque agradecer... me importas demasiado Atsuko... y... —lo escuché tragar nerviosamente —Me gustas...
Me ruboricé ligeramente y baje mi mirada unos segundos hasta que volví a alzar mi vista hasta el rostro avergonzado del costurero, me aproxime lentamente a su cara y plante un pequeño beso en sus labios, fue un simple toque de algunos segundos, sin algún movimiento extra por parte de ninguno.
Nos separamos lentamente. —También me gustas, Takashi.
—¿Lo dices en serio? Digo, no quiero que te sientas presionada porque yo gusto de ti, o porque la situación te hace decirlo... es decir... —Calle su divagaciones con otro casto beso.
—Lo digo en serio...
Me sonrió sinceramente y una de sus manos fue a parar a mi pómulo, acariciándolo de manera lenta. —Va siendo hora de que vuelvas a casa, ¿no lo crees? —Miro alrededor de aquella horrible habitación.
—Sí, es hora.
• • •
—Tranquila. Es decisión tuya si contarles lo que pasó... Lo que sea que decidas, te apoyaré.
—Graciad por todo Takashi, en serio. —Le sonreí de lado. Él correspondió la sonrisa y se bajó un instante de su motocicleta para abrazarme con fuerza.
—No tienes por qué agradecerme, y por favor, no olvides de lo que hablamos.
—No lo haré —nos separamos del abrazo. —Ve con cuidado, y avísame cuando llegues a casa —mi mano se detuvo en su pómulo y deje un beso en la comisura de sus labios, sintiendo como el contrario sonrió ante tal tacto.

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Perecedero. -Takashi Mitsuya-
Fanfiction❝Te convertiste en la luz de mi vida.❞ ☆ Mitsuya Takashi y tú. (OC) ♔ No copia u adaptación, historia de mi completa autoría. Los respectivos personajes pertenecen al anime/manga "Tokyo Revengers", la creación del mismo es obra de Ken Wakui.