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—¿De nuevo no llega Takeo? —Me preguntó Noboru mientras terminaba su cereal.

—No, de nuevo. No importa, ni modo campeón, tendrás que pasar tu día conmigo, espero no te moleste.

—¡Iré por mi mochila!

—¡Recuerda no meter muchas cosas! ¡Estaremos haciendo pendientes!

Cuando el menor regreso daba saltos de emoción, tomé la bolsa donde llevaba las cosas que ocuparía, y después de darle la mano a Noboru y tomar las llaves salimos de casa.

• • •

—¿Seguro que ya estás mejor?

—En serio, linda —soltó unas pequeñas risas por mi excesiva preocupación. Revisaba de forma exhaustiva su cabeza y múltiples heridas que se hizo durante la pelea. Takashi freno mis manos cuando las sostuvo entre las suyas, acercando ambas a sus labios para dejar un beso cariñoso. —¿Y tú estás bien? —Volvió a dar besos a lo extenso de mis manos. —Me tenías super preocupado esa vez, ¿estás mejor?

Sonreí por sus preguntas e inquietud, me incline para poder dar un beso en sus labios. Mana, Luna y Noboru pasaron corriendo entre nosotros, obligandonos a romper el beso.

—¡Pueden caerse! Tengan cuidado niños, por favor. —Takashi me miraba con amor.

—Serías una gran madre —empuje de manera juguetona su rostro.

—Oh vamos, no digas ese tipo de cosas. Bueno, es hora de que me vaya, si tienes alguna molestia asegúrate de usar algo del botiquín que te traje, no olvides comer, que para eso les prepare alimentos, y así no te cansas cocinando algo, debes mantener cierto reposo, el golpe en la cabeza fue muy fuerte y ciertos esfuerzos pueden traerte dolor de cabeza o malestares. Noboru —el mencionado se giro a verme. —Andando lindo, tenemos que irnos, despídete.

—Gracias por todo lo que trajiste, no tenías que hacerlo.

—Claro que tenía que, eres mi novio, y me preocupo por ti. Preparé suficientes alimentos para algunos días, y las raciones adecuadas para que pueda comer toda tu familia.

—Muchas gracias linda —me sujeto suavemente por la cintura para besarme, en un momento abrí ligeramente los ojos y note las miradas de los tres infantes sobre nosotros. Aleje apenada a mi pareja, me observo ciertamente confundido, hasta que a sus ojos se hizo clara la razón del por qué lo separé. —Niños, cubranse los ojos por favor.

Hicieron lo que pidió, pero está vez solamente me dio un beso corto que duró un par de segundos.

—Cuidate, cualquier cosa sabes que puedes llamarme. Vendré a visitarte pronto. Nos vemos niñas, no olviden portarse bien, intenten no darle muchos problemas a su hermano y disfruten de los dulces.

Finalmente salimos de la casa de los Mitsuya, llevaba a mi hermano de la mano y este mecía alegremente nuestras manos juntas. Saque mi teléfono para revisar si no tenía algún mensaje o llamada perdida de Takeo, pero nada, no había nada, sus comportamientos últimamente habían sido muy raros, al igual que sus horarios de llegada y salida, y eso comenzaba a preocuparme demasiado.

—Que linda pulsera —Noboru volvió a hacer que aterrizará los pies en la tierra, tocaba suavemente aquella pieza que rodeaba mi muñeca.

—Fue un regalo de Takashi, lo ayudaron a hacerla sus hermanas, es linda, ¿no? —El menor solamente asintió con la cabeza, durante el recorrido él hacía diversas preguntas o simplemente me platicaba algunas cosas, yo prestaba suma atención a cada una de ellas, hasta que su caminar se volvió más flojo. —¿Estás cansado pequeño? —Agache mi mirada para observarlo asentir perezosamente con la cabeza.

Perecedero. -Takashi Mitsuya-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora