Abrí los ojos con lentitud ya que sentía que estos pesaban demasiado; al divisar la luz pasar entre mis pozos entreabiertos volví a cerrarlos de golpe debido a la intensidad de esta para mí. Intenté tomar una posición más cómoda pero el dolor se hizo presente en mi cuerpo.
—Carajo...
De nueva cuenta hice el intento de abrir mis ojos, pero está vez con más precaución, tuve que parpadear unas cuantas veces ya que mi campo de visión era un tanto borroso. Una vez que ya podía ver con claridad observé a mi alrededor, fue entonces que note que estaba en un hospital.
Me quedé con la mirada fija en el ventanal hasta que escuche que la puerta de la habitación se abría estrepitosamente.
—¿¡Dónde carajos esta!?
Unos pasos apresurados eran audibles, fue entonces que la cortina que delimitaba mi camilla de la habitación era abierta de golpe.
Takeo me miraba con sus ojos cristalizados mientras mantenía una respiración errática; en sus brazos sostenía a Noboru que se encontraba dormido.
—Takeo... —No pude evitar hablar con un apice de asombro por verlo aquí.
La respuesta que recibí de su parte fue un fuerte golpe en el hombro que me hizo rechistar y sujetar la zona afectada.
—¿¡Sabes que tan preocupados nos tenías!? —Al ver que no respondía volvió a bramar. —¿¡Lo sabes!?
—Yo... lo siento.
Su boca realizó un puchero y su labio inferior empezó a temblar al mismo tiempo que sus ojos se aguaban, antes de romper a llorar se abalanzó sobre mí, rodeandome por el cuello con su mano libre. Inmediatamente sentí como el camisón del hospital se humedecia de la zona de mi hombro.
—No vuelvas a asustarnos así... —mi mano acariciaba con lentitud su espalda que se movía ligeramente al ritmo de su llanto e hipidos. —Por favor...
—Lo prometo.
Una vez se calmo la situación Takeo tomó asiento en la silla a mi costado, nos pusimos al corriente de algunas situaciones y en cierto momento Noboru despertó un tanto adormilado simplemente para extender sus brazos hasta mí para que lo cargará, cosa que hice.
La cortina fue abierta de nueva cuenta. —Oh, lo siento, pensé que ya se habían ido.
Mitsuya se encontraba de pie ante nosotros, lo vi con intenciones de irse pero la voz de Takeo lo detuvo.
—No no, adelante, pasa. Estábamos a punto de irnos —vio el reloj de pared. —Casi es hora de las medicinas y merienda de Noboru, así que tenemos que irnos a casa ya.
—¿No necesitan que los lleve?
—No Mitsuya, muchas gracias, ya has hecho suficiente con avisarnos de mi hermana y traernos, te debo una.
Me quitó con cuidado a Noboru para él cargarlo, le di un beso en la mejilla antes de que lo separara de mí y Takeo me beso a mí en la mejilla como despedida. Finalmente se despidió del pelilila con un movimiento de cabeza y antes de irse se aseguró de correr la cortina.
—Hola, ¿qué tal te sientes?
Se acercó hasta mí y dejo una bolsa de tela sobre la silla, abrió la misma y de esta saco unos envases.
—¿Qué es eso?
Se giro a verme para segundos después soltar una pequeña risa.
—Es algo de comida —abrió uno de los contenedores y me mostró lo que había, se veía delicioso. —Sé que probablemente vas despertando, pero también sé que la comida de hospital no es la mejor, así que decidí traerte de contrabando un poco de alimento.

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Perecedero. -Takashi Mitsuya-
Fanfiction❝Te convertiste en la luz de mi vida.❞ ☆ Mitsuya Takashi y tú. (OC) ♔ No copia u adaptación, historia de mi completa autoría. Los respectivos personajes pertenecen al anime/manga "Tokyo Revengers", la creación del mismo es obra de Ken Wakui.