24

482 37 6
                                        

Me desperté con los brazos de Takashi rodeando mi cintura, y yo pegada a su pecho, me separé un poco de su toque para poder apreciar su rostro. Su semblante sereno, acompañado de sus pestañas acariciando suavemente el borde de sus pómulos, era sumamente atractivo; me quedé contemplandolo unos segundos hasta que comenzó a demostrar rasgos de que estaba despertando.

—Buenos días —me sonrió ligeramente mientras abría sus amatistas de manera perezosa. —¿Dormiste bien?

—Sí, muy bien —procedí a aprovechar que soltó su agarre y me estiré. —¿Y tú? ¿Pudiste dormir con mi presencia molestando?

—Dormí de maravilla —dejo un beso en mi mejilla. Al poco rato finalmente se levantó del futón. —Iré a preparar el desayuno de mis hermanas y todo eso, puedes quedarte recostada, intenta dormir de nuevo, lamento haberte despertado.

—No me despertaste, estoy acostumbrada levantarme temprano para igual que tú preparar el desayuno de mis hermanos, también llevar a la escuela a Noboru, así que no te preocupes. Ya dormí suficiente, déjame ayudarte.

Sin esperar respuesta de su parte me levanté y acomode el futón cómo estaba antes de que nos recostaramos. —Gracias linda.

Una vez terminé nos dirigimos en silencio a la cocina, de igual manera tuvimos que abandonar la habitación con el menor ruido posible para evitar despertar a sus hermanas. Él comenzó a sacar ingredientes y algunos utensilios de cocina, se movía por la cocina con total naturalidad y seguridad, se notaba que era algo que hacía de forma habitual.

—¿En qué te voy ayudando?

—¿Puedes preparar sus bentos? Por lo mientras haré el desayuno.

—¿Algo en especial que deseas que les preparé? —Pregunte mientras lavaba mis manos.

—Sorprendelas —me guiñó el ojo.

• • •

El pelilila se asomó ligeramente por sobre mi hombro para visualizar la comida que había hecho para sus hermanas.

—Me siento derrotado, eso es mucho detalle en sus alimentos, ya no van a querer mis bentos. —Recargo su cabeza en mi hombro fingiendo estar afligido. Me reí y empuje ligeramente su frente para alejarlo.

—Concentrate o se quemará la comida.

Hizo caso a mis palabras y siguió meneando la comida para evitar que ocurriera lo que comenté, me quedé viendo su perfil durante unos segundos, hasta que finalmente tomé valor y me estire a dejar un beso en su mejilla, él me miró de reojo y realizó una pequeña sonrisa.

—¿Eso por qué fue?

—Yo... sólo quise darte un beso, es todo.

Bajo la intensidad de la flama y se volteó en mi dirección para abrazarme suavemente. —¿Puedo besarte? —Asentí de manera nerviosa, Takashi primeramente beso castamente mis labios, hasta que ambos decidimos aventurarnos más en ese beso.

Nos separamos después de un momento, y al romper contacto dio un largo beso en el borde de mi pómulo, para después repartir pequeños besos a lo extenso de mi rostro, provocando con ese acto tan cariñoso mis risas.

—Buenos días chicos.

Me separé de golpe cuando escuché una voz femenina hacer presencia, suponía que era la progenitora de mi pareja.

—Buenos días, lamento importunar en su hogar —me incline ligeramente a manera de disculpa. —Mucho gusto, soy Omori Atsuko. —Todo esto lo mencioné de manera nerviosa.

—Eres un encanto —se rio un poco. —Tranquila linda, no te pongas tan nerviosa, no voy a comerte —el hecho de que ella bromeara aligero mi pánico, pero no hizo que desapareciera. —Mucho gusto Atsuko, soy la madre de Takashi, moría de ganas por conocer a la pareja de mi hijo.

Perecedero. -Takashi Mitsuya-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora