Capítulo 1

953 59 4
                                    

México D.F 2005

Barbara ya se había resignado a su vida en la cárcel, no era la misma, era una mujer completamente diferente a lo que el mundo exterior había conocido, ya no era una mujer altanera, era compasiva, su corazón se había ablandado bastante por que hay comprendido que la soberbia nunca la llevo a ningún lado, aprendió a hacer labores en la cárcel y a ayudar mujeres que al igual que ella estaban pagando una larga condena y aunque ayudar a personas que lo necesitaban de verdad la hacia feliz, en el fondo sabía que no lo era, pensaba que era la mujer más desdichada del mundo, se culpaba por delitos que ella no cometió y debido a su trastorno creía que si, se sentía pésimo por haber sido una mala madre, por no haber luchado por su hija, se sentía pésimo por que llevaba mucho tiempo allí y en todo ese tiempo nunca su hija se había dignado a ir a visitarla, a su nieto solo lo conocía por la foto que ella le había enviado la cual aun conservaba junto con la carta como el más valioso de los tesoros.

En la cárcel afortunadamente nunca había tenido problemas por que siempre se mantuvo en su lugar, solo una de las que tenía muchos años ahí quiso sobrepasarse con ella y buscar problemas pero Barbara le puso un stop y jamás volvió a buscarle pleitos. En ese lugar aprendió de leyes, de cocina, de muchas cosas que de una forma u otra hacían que su mente no pensara tanto en el tiempo que tendría que pasar en ese lugar. Moriría allí sola, sin nadie, no vería a su hija por última vez, no conocería a su nieto, ellos eran su razón más grande de vivir y lamentablemente no pudo disfrutarlos por toda su maldad.

05/10/2005 En la cárcel.

Guardia- Oye Barbara, Tienes visita.

Barbara estaba sentada en una esquina de la cama leyendo un libro y se sorprendió al escuchar que tenía visita, tenía cuatro años de estar en la cárcel y nadie nunca había ido a visitarla.

Barbara- Visita yo?

Guardia- Si dice que necesita hablar contigo hoy mismo, anda chula seguro es importante.

Barbara- Claro, ya voy.

Guardia- Vente vamos.

Barbara ya se había ganado el cariño de las guardias, y ella también las quería mucho, al igual que la mayoría de las reclusas, estar en ese lugar la enseño a ser más comprensiva, y eso la hizo ganar muchas amigas.

Al llegar al área de visitas Barbara se encontró con un hombre que jamás había visto. Se dirigió a la mesa despacio y un poco asustada pero él se levantó para saludarla más cordialmente.

Xx- Buenos días señora Greco.

Barbara- Buenos días, ¿Con quien tengo el gusto?

Xx- Antonio, Antonio Hogaza.

Barbara- Mucho gusto señor Hogaza, 
¿A que se debe su visita?.

Antonio- Soy abogado Señora Greco y me dedico a estudiar estos casos, el suyo me llamo mucho la atención y estoy interesado en ayudarla a salir de aquí, al igual que yo hay otras dos personas interesados en ayudarla pero por ahora no puedo decirle quienes son.

Barbara- Lo siento señor Hogaza pero es difícil que a mi me convendan libertad, a usted y a las demás personas que están interesadas en este caso se los agradezco mucho pero no hay nada que se pueda hacer, yo he cometido muchos delitos.

Antonio- Señora Barbara.

Barbara—Solo Barbara por favor.

Antonio—Vale, Barbara, tu solo dime Antonio, todos tenemos derecho a una segunda oportunidad, tu caso es complicado de resolver pero no imposible. Tu no cometiste esos delitos, por tu trastorno crees que si por que tu mente es más poderosa que tu.

BarbaraNo estaba entendiendo absolutamente, nada como que un trastorno mental, como que eso no lo hice yo, como que mi libertad, que esta pasando—Por favor Antonio ve más despacio que no te estoy entendiendo, como que un trastorno mental, como que esos delitos no los cometí yo no entiendo.

Antonio- Si, tienes un trastorno Barbara, que te hace creer que hiciste cosas que no, y eso Artemio Bravo lo sabía por eso te utilizo a su antojo.

Barbara- Artemio Bravo a de estar ardiendo en el infierno por haber sido tan despreciable, y entiendo que usted me quiera ayudar pero eso es demasiado, además no tengo por quien luchar- Cuando dijo eso bajo la cabeza, pues se sentía muy triste por no tener a sus seres queridos con ella.

Antonio- Claro que si, tienes a tu hija y tu nieto y ellos querran verte y estar contigo.

Barbara- Lo dudo, oye espera ¿como sabes que tengo una hija y un nieto?.

Antonio- Te dije que te investigue Barbara.

Barbara- ¿De verdad investigaste todo de mi?

Antonio- Todo.

Barbara- Esta bien, acepto tu ayuda, por mi hija y por mi nieto quiero salir de aquí.

Antonio- Bien, Mañana sacaré un permiso y volveré con un colega que tambien es  uno de los mejores abogados de México, no te preocupes Barbara que salgas de aquí más pronto de lo que crees, se ha convertido en una prioridad para mí.

Barbara- Eso espero Antonio, infinitas gracias por tu ayuda de verdad.

Antonio se fue y Barbara se dirigió a su celda estaba muy emocionada por que pronto saldría de ese lugar y podría ver a su hija y su nieto. Le emocionaba la idea de poder disfrutar de su libertad y de poder enmendar todos sus errores, su razón más poderosa eran su hija y su nieto. Por fin Dios había escuchado todas sus oraciones.

Algo llego a su cabeza que la intrigaba un montón, ¿Quienes eran esas dos personas que quería ayudarla que Antonio no le podía decir quienes eran?.

Tantas cosas que pasó la hicieron volverse una persona desconfiada cuando Antonio regrese le pedirá que le siga de quienes se trata, no quiere volver a caer en juegos malévolos como cuando estuvo sometida a los chantajes de Artemio Bravo.

Amores míos, hola otra vez HAHAH, esta es la sorpresa que les tenía, se que a muchos de ustedes les encantó esta historia y decidí volver a publicarla pero esta vez con pequeñas modificaciones, espero que su amor por esta historia aún permanezca y espero que les encante mucho tanto como a mi me encantó escribirla. ✨️







MEPS, el cambio de Barbara Greco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora