Capitulo 22

306 38 9
                                    

Eduardo.

Cuando la vi encañonada y con todo su cuerpo amoreteado fue sentí como mi corazón dejaba de latir, daría lo que fuera por ser yo el que estuviera en su lugar, cuando sus ojos se encontraron con los míos en ellos pude ver una sola cosa, agradecimiento.

Cuando esa bala tocó su cuerpo y la vi a punto de caer, corrí hasta agarrarla y verla de cerca hizo que quisiera matar a Ximena por la imagen que tengo entre mis brazos pero la lluvia de balacera acabo con ella. Federico y Antonio se acercaron a nosotros y cayeron arrodillados con lágrimas en sus ojos por lo que estaban observando.

Rápidamente subieron a Barbara a una ambulancia, todos vinimos al hospital y aun estamos en sala de espera esperando noticias, esta muy lastimada y la bala que toco su cuerpo había que retirarla con mucho cuidado.

Cecilia—No entiendo como puede existir gente tan mala, tan llena de odio y resentimiento capaz de hacer tango daño.

Antonio—Lo importante es que esa persona pagó por lo que hizo, y aunque la muerte era poca para lo que verdaderamente se merecía pagó.

Aurora—Ver a mi mamá en ese estado me hace querer revivir a esa mujer y matarla con mis propias manos.

Una hora más tarde el doctor salió y todos se levantaron para pedir noticias.

Eduardo—¿Como esta doctor?.

Doctor—Afortunadamente pudimos extraer la bala de donde la tenía alojada, ella está bien, en unos minutos la pasarán a una habitación.

Todos asintieron, el doctor se llevó a Eduardo a su consultorio para hablar con el.

Eduardo—¿Que sucede doctor?.

Doctor—Eduardo, no te voy a mentir, la cirugía fue todo un éxito pero Barbara tiene todo su cuerpo bastante lastimado, tiene muchos moretones, de días, y unos recientes, cada parte de su cuerpo esta moreateada, fue sometida a una fuerte tortura, y lo que me temo es que haya sido abusada sexualmente—El rostro de Eduardo se desfiguro por completo y pasó de rabia por lo que había escuchado a dolor, eso no le pudo haber pasado—Se que es duro escuchar eso pero cabe la posibilidad, esperaremos a que la señora se recupere y despierte para hablar con ella y que sea revisada por un ginecólogo.

Eduardo agradeció al doctor y salió del consultorio, todos le preguntaron que pasaba pero el solo decía de unas indicaciones, no quería decirles lo que le había dicho el doctor, no quería causarles más dolor a ninguno de ellos.

Comandante—Buenas.

Todos le respondieron y se quedaron expectantes a lo que diría.

Comandante—En el lugar donde tenían secuestrada a la señora había dos tipos, ambos están detenidos y ya rindieron su declaración, solo esperaremos la declaración de la señora Barbara.

Federico—Comandante, mi hija aún no está en condiciones siquiera a despertado, en cuanto ella pueda rendir su declaración lo hará.

Comandante—No se preocupe señor Federico, nosotros esperaremos a que la señora esté lista para hacerlo.

Después de conversar un rato el comandante se fue, todos se quedaron en la sala de espera, esperando noticias, a la habitación entraban muchas enfermeras pero nadie decía nada, después de lo que pasó tenían unas cuatro horas ahí.

Eduardo—Vallan a casa a descansar, les aviso si hay alguna novedad—Al principio todos se negaron pero Eduardo insistió—Por favor háganlo, si Barbara nos ve en mal estado se va a sentir peor.

Después de mucha insistencia aceptaron, Eduardo se quedo en la sala de espera, entraban enfermeras a la habitación pero nadie decía nada y eso lo estaba volviendo loco.

MEPS, el cambio de Barbara Greco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora