Capítulo 23

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Habia pasado ya una semana de Barbara estar en la casa y ella estaba muy recuperada, Eduardo contrato a aquien para que estuviera con ella cuidando a Julietta mientras Barbara se recuperaba. Las cosas estaban siendo bastantes llevaderas pero se sentía una inútil de estar todo el día en casa.

Milena—Señora Barbara, ya me voy a casa, la niña esta bañadita y dormidita, ¿Usted necesita algo más?.

Barbara—No Milena, gracias, dile al chófer que te lleve ya es tarde para que no tomes taxi.

Milena—Gracias señora.

Barbara sonrió, y Milena salió de la habitación, ya iban a ser las 8:00 de la noche y Eduardo no había llegado, le envió mensaje preguntándole si estaba todo bien en la empresa pero el no le contestó. Barbara se levantó y fue a la habitación de Julietta, le dio un beso, y tomó el monitor.

Cuando iba de regreso a la habitación Eduardo justo iba subiendo la escalera y ella sonrió al verlo.

Eduardo—Hola mi amor, ¿Como estas?.

Barbara—Bien mi vida, ¿Tu?, estas cansado, se nota.

Eduardo la tomó de la cintura abrazándola y ella enredo sus brazos alrededor de su cuello también abrazándolo.

Barbara—Vamos a la habitación, te duchas y te hago dormir para que descanses.

Eduardo—¿Me haras dormir?—Dijo con una sonrisa.

Barbara asintio, lo tomo de la mano y lo llevo a la habitación, Eduardo entro al baño a ducharse, cuando el agua tibia tocó su cuerpo sintió como todo en el se destensaba, después de unos minutos salió del baño y se acostó acomodándose en el pecho de Barbara, ella empezó a acariciarle el cabello, dándole besos hasta que Eduardo se quedo dormido abrazado a ella.

Al día siguiente Barbara despertó por los besos de Eduardo, sonrió y se giro para quedar frente a frente con el.

Eduardo—Buenos días mi amor.

Barbara—Buenos días mi vida.

Barbara se estiro y le dio un beso a Eduardo, ya se sentía bastante bien, así que regresaría a trabajar.

Barbara—Mi amor, regresare a trabajar, ya me siento bien, las molestias que sentía disminuyeron bastante.

Eduardo—Si ya te sientes bien por mi esta perfecto, pero si te sientes mal en algún momento no dudes en avisarme.

Barbara asintio, volvió a darle un beso a Eduardo y empezó a pasar sus manos por todo su cuerpo. Tenían mucho tiempo sin estar juntos y ya se extrañaban. Eduardo le quito toda la ropa a Barbara y entró en ella de manera lenta, hicieron el amor de manera que lenta y apasionada, se necesitaban y se deseaban de una manera increíble.

Eduardo cayó sobre el pecho de Barbara pero la coloco a ella sobre el para que pudiera respirar bien.

Barbara—Eso fue maravilloso, te extrañe mucho.

Eduardo—Yo te extrañe más mi amor.

Empezaron a besarse y ambos giraron el rostro al escuchar la voz de Julietta.

Julietta—Papá ven.

Los dos sonrieron, estaban agotados,  Eduardo se levantó y se coloco un bóxer junto con un chándal para ir a buscarla. Eduardo la tomó en brazos llenándola de besos, la llevó hasta donde Barbara y ella la tomó en brazos llenándola de besos.

Barbara—Mi princesa hermosa.

Julietta—Mamá.

Pasaron parte de la mañana en la cama regaloneando hasta que Eduardo tuvo que irse a trabajar. Barbara entraría a trabajar al día siguiente, ese día aprovecharía para ir a casa de sus padres, tenía muchos días que no los veía.

MEPS, el cambio de Barbara Greco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora