Capitulo 20

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Eduardo descendió por el estomago de Barbara hasta llegar a su parte más sensible, la observo unos minutos hasta que introdujo su lengua en ella, Barbara arqueaba la espalda y se tomaba con fuerza de las sábanas, Eduardo le sujeto las caderas para que no se moviera mientras el saboreaba cada rincón de su ser.
Barbara gemia y estaba totalmente loca de placer, su mirada era desorbitada, se corrió dando un fuerte grito, Eduardo se trago todo el líquido que le dio su mujer, se saboreo hasta la última gota, la respiración de Barbara era acelerada, Eduardo la observo y le beso la frente, cuando ya Barbara había recuperado por completo la cordura, se subió encima de Eduardo, empezó a forjar un camino de besos por todo su pecho y bien formado abdomen, llegó hasta su miembro lo acarició de arriba hacia abajo, esa parte que la volvía totalmente loca, Edurado daba leves gemidos con todo lo que estaba haciendo su mujer, Barbara se metió el miembro de Eduardo a la boca, y empezó empezó chuparlo como si fuera una paleta, Eduardo tomo el pelo de Barbara formando una coleta estaba a punto de correrse la tomo de los brazos y la subió arriba de el, la penetro con fuerza Barbara soltó un Grito ahogado, Eduardo giro dejando a Barbara debajo de él. Empezó a moverse rápidamente sus embestidas eran profundas y rápidas, Barbara sentía que en cualquier momento se correría.

Eduardo—Esto es para que te des cuenta lo mucho que te extraño tu hombre.

Barbara gemia de placer, Eduardo estaba haciendo que ella se corriera un y otra vez.

Barbara—No te detengas por favor—Pronunció a duras penas entre gemidos.

Eduardo—No me detendre hasta que no me sacie de ti, y eso es nunca.

Siguieron amándose hasta el cansancio, orgasmo tras orgasmo, Barbara quedó muy agotada estaba dormida sobre el pecho de Eduardo el la contemplaba, admiraba la belleza de su mujer y se sentía muy afortunado de tenerla a su lado, ella había cumplido su gran sueño de ser padre y formar una familia llena de amor, ella la mujer que jamás penso se convertiría en su motor de arranque, había llegado a revolucionar todo dentro de el.

Eduardo se quedo dormido junto a ella, sentie su piel desnuda a su lado le daba mil años.

Barbara despertó por la molestosa luz que entraba por la ventana, habían olvidado cerrar las cortinas por completo. Se giro en la cama y sintió un punzada de dolor en su parte baja pero sonrió al recordar la noche tan apasionada que había tenido con Eduardo.

Como pudo se levantó de la cama sin despertar a Eduardo y camino hasta el baño, le dolía todo, llegó hasta el WC y se sento sintió un ardor cuando estaba orinando, se limpio y se coloco una bata para volver a la cama, cuando encontro a Eduardo despertando.

Eduardo—Buenos días mi amor.

Barbara—Buenos días mi cielo.

Barbara se acercó a él e hizo una mueca de dolor.

Eduardo—¿Estas bien?.

Barbara—Me duele todo, pero masa grave.

Eduardo—Perdóname, anoche estaba ahí y no quería detenerme, no quería lastimarte.

Barbara—No te preocupes amor.

Eduardo la tomó para que ella se acostara a su lado y empezaron a besarse, Eduardo le quito la bata y empezó a besarle todo el cuerpo, se colgo de sus senos como un desesperado, esa parte de su mujer le encantaba, Barbara daba pequeños suspiros del deleite que sentía.

MEPS, el cambio de Barbara Greco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora