UNA SEMANA DESPUÉS.
En esa semana Eduardo había ido a ver todos los días a Julietta, la niña ya se había encariñado mucho con su papá, cada que Eduardo se iba lloraba desconsoladamente haciendo que el corazón de él se rompiera. Barbara estaba muy sorprendida de la conexión que se había formado entre ellos, aveces siente que ambos se necesitaba. En cuanto a ellos, no había pasado nada, desde la última vez que hablaron de ellos no habían vuelto a decir nada referente al tema. Eduardo no le volvió a insistir y ella tampoco se hizo ilusiones, en ese tiempo que el estuvo en Nueva York hicieron todos los trámites para que la niña llevara su apellido y al enterarse de la fecha de nacimiento de Julietta no pudo evitar llorar, era justamente el día que había nacido su madre, que coincidencia.
El día de regresar a México había llegado, Eduardo no quería separarse de la niña, la iba a extrañar demasiado, ese día le había pedido a Barbara que le permitiera pasar todo el día con la niña, así que ella acepto, le preparo todo y aprovecho que Eduardo salió con Julietta para ella ir a la revista y organizar unas cosas.
En la revista el tiempo pasó muy rápido, Barbara firmo lo que tenía que firmar y le entrego los papeles a su secretaria para que se los deje en el escritorio a Armando, ella tomó su bolso y salió, pero justamente estaba Eduardo saliendo de su auto con Julietta.
Barbara-¿Que hacen aquí?.
Julietta-Mamá.
Barbara-Hola mi amor.
La niña le estiro los brazos a su mamá y ella la tomó en brazos para llenarla de beso.
Eduardo-Fuimos a buscarte a la casa para invitarte a almorzar, pero me acordé que dijiste que vendrías a la revista, ¿Quieres ir a almorzar con nosotros?.
Barbara-Claro vamos.
El chófer de Eduardo abrió la puerta y entraron para irse a un restaurante. En todo el camino no hablaron nada, Barbara iba jugando con la niña, haciendola reír y verlas a ambas así hacia que a Eduardo se le alegrará el alma, ellas dos eran su vida entera.
Julietta-Mamá.
Barbara-Mi amor.
La niña se recostó de manera tierna del pecho de Barbara y Eduardo se acercó a darle un beso en la mejilla, Barbara tenía un escote hermoso y el no perdió tiempo de mirarlo y sin querer lo roso con sus labios. Miro a Barbara quien lo estaba mirando fijamente y enojada.
Barbara-Ni se te ocurra volver a hacer eso.
Eduardo-¿Por qué?, ¿No te gustó?.
Barbara-No, no me gustó.
Eduardo-Que extraño, por que antes cuando pasaba mi lengua por ellas tus expresiones me hacían saber que te encantaba por cierto siguen siendo mi zona favorita y con el embarazo quedaron más bellas.
Barbara estaba completamente roja, no podría decirle todas las cosas que le llegaron a la mente por que estaban frente a su hija y además ella no era una mujer grosera.
Barbara-Eduardo respeta a tu hija por favor, además deja de decirme y hacer esas cosas por que te recuerdo que tu y yo no estamos juntos y te deje las cosas muy claras.
Eduardo-Tienes razón.
No dijeron nada más en todo el camino pero las palabras de Eduardo no salian de la cabeza de Barbara, estaba deseando que en este instante la tomara y la tumbara en la cama e hiciera lo que quisiera, pero las cosas que el en su momento le había dicho eran más fuertes que sus ganas de estar con Eduardo y aunque lo amaba y deseaba ella era fuerte.
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MEPS, el cambio de Barbara Greco.
RomanceEn esta historia veremos el proceso de cambio de Barbara, no sólo físico si no personal, en esta versión ella no se quema la cara. en la parte del romance, Eduardo se casa con fernanda pero su matrimonio tiene problemas, Barbara se enamoro perdidam...