MEPS, el cambio de Barbara Greco.

Capítulo 29

Mariana—Ay, de verdad que amo mi etapa de embarazada pero estas náuseas, mareos y cambios de humos no los soporto, no se como ustedes dicen que todo es color de rosa.

Barbara—No te dijimos que era todo color de rosa, te dijimos que es la etapa más linda con sus altas y sus bajas.

Mariana—Entendí pésimo entonces.

Aurora—Pero bastante pésimo.

Las tres se carcajearon, ese día decidieron ir a visitar a Mariana, el doctor le había indicado reposo absoluto luego de un leve sangrado, ellas estaban tratando de ir a verla varias veces en la semana para hacer de sus días de reposo unos días más llevaderos ya que Mariana no se puede quedar tranquila.

Mariana—¿Y a ti como te va con Eduardo?.

Barbara levantó la cabeza para observar a Mariana, intercalo la mirada entre ella y Aurora, su hija le sonrió con rostro de maldad. Barbara le había contado a Aurora que Eduardo la había besado.

Barbara—Con Eduardo nada, nos estamos llevando bien por Julietta nada más, y respecto al beso fue algo sin importancia.

Aurora—¿Sin importancia?, mamá por Dios, tu y Eduardo no están juntos por que eres testaruda y obviamente aun estas lastimada al igual que el y hasta que no hablen las cosas seguirán así, pero a ambos se les nota que se comen con la mirada—Barbara abrió los ojos al escuchar las cosas que decía Aurora—Cuando Eduardo están cerca de ti o cuando te ve llegar te mira como si quisiera tumbarte en una cama y hacerte cosas que nunca te han hecho, igual que tu lo miras a él de manera intensa y.

Barbara—Aurora por Dios, no digas esas cosas, respetame que soy tu madre.

Mariana—Eso no quita que la niña esté diciendo la verdad, amas a ese hombre aunque quieras hacernos creer lo contrario, y aunque ahora haya un vacío enorme entre ustedes se aman y es algo que no pueden cambiar.

Barbara—Tienen razón, lo amo y es algo que no puedo cambiar, pero Eduardo y yo no estamos destinados a estar juntos.

Mariana—Lo mismo pensé yo con Antonio, nuestra historia no surgió de un momento para otro, cuando nos conocimos me encanto, y tuvimos una relación, pero no eramos lo suficientemente maduros, paso lo que tenía que pasar en una pareja, duramos un tiempo con altas y bajas hasta que nos separamos, el se fue del país, duró varios años fuera hizo lo que quiso con quienes quiso, y ver todas esas imágenes de él con mujeres, hizo que mi corazón dejara de ser el mismo y el sentimiento que nació en mi por el fue el odio, o eso quise hacerme creer. Pero volverlo a ver después de mucho tiempo hizo que esos sentimientos que yo creí muertos volvieran a nacer, y miranos, casados y a punto de ser padres.

Barbara—No es nuestra situación.

Aurora—Pero es similar mamá, ahora dices que no quieres nada con el, que a pesar de amarlo ustedes no están destinados a estar juntos, pero sus corazones ya se eligieron, ¿Por qué crees que Eduardo no fue capaz de casarse?, después que yo le entregue la carta que le dejaste cuando te fuiste el se apareció en la casa de mis abuelos buscándote como un desesperado. Y si cancelar la boda con su prometida a última hora por ti, no es estar enamorado entonces no se que sea.

Mariana—Ya mi amor, no le digas nada a tu mamá ella es el ser más necio y trancado que existe.

Barbara—No te golpeo por que voy a lastimar a bebé después.

Aurora—Es hasta agresiva.

Sintieron toques en la puerta y Mariana dio el pase, entraron Antonio, Santiago y Eduardo, Mariana sonrió al ver a Antonio y este se acercó a Mariana a darle un beso, Santiago se acercó a Aurora y se besaron de manera tierna.