Barbara—Mamá, papá, Eduardo me invito a un viaje a Europa podrían quedarse con Juli, estaremos solo una semana.
Federico—Claro que si hija, nosotros encantados de cuidar esta princesa.
Cecilia—Claro que si hija.
Barbara—Gracias.
Les dijo sonriendo feliz, se irían de viaje el domingo en la noche, apenas era viernes, así que tendría tiempo para dejar unas cosas organizadas en la oficina.
Barbara—Ester, la próxima semana estaré de viaje, te dejaré todo organizado aquí para que no tengas ningún contratiempo.
Ester—Esta bien.
Ella se quedaron un rato conversando hasta que Ester salió y Barbara continuo terminando su trabajo.
Eduardo—Hola mi amor.
Barbara—Mi cielo—Dijo levantándose para saludarlo—¿Que haces aquí?.
Eduardo—Estaba pasando por aquí así que aproveche para venir a verte.
Se dieron un beso y fueron a sentarse al sofá.
Eduardo—¿Y Julietta?.
Barbara—Esta con mis papás, ellos aceptaron quedarse con ella la próxima semana.
Eduardo—Que bueno, muero por que estemos juntos en ese yate.
Barbara—Necesito comprar unos bañadores, me acompañas.
Eduardo—Para que si lo que menos vas a necesitar es ropa.
Barbara—Eduardo por Dios.
Eduardo se carcajeo, la tomó de la cintura y la sento sobre el llenándole el rostro de besos, sintieron un carraspeo y Barbara se asusto volviendo a su lugar.
Federico—Ustedes parecen unos pubertos que no se les puede dejar solos.
Barbara—Papá.
Federico—Es la verdad.
Después de un rato Barbara y Eduardo salieron de la empresa para irse al centro comercial.
Barbara—Ven acompáñame a esta tienda a elegir.
Eduardo—Te aviso desde ya que si no me vas a modelar esos bañadores para darles el visto bueno no te acompañaré.
Barbara—No entraras al vestidor conmigo, conozco tus intensiones.
Eduardo la miró mal y se quedó al lado de Barbara en silencio mientras ella buscaba los trajes.
Barbara—¿Que te parecen estos?.
Eduardo—Todo en ti se ve perfecto.
Barbara sonrió feliz al escucharlo, tomó seis bañadores en total para probarselos todos les encantaron así que los compro.
Eduardo—¿Ya?.
Barbara—Si.
Salieron de la tienda y fueron por un helado, para sentarse a conversar en una banca.
Eduardo—Mi amor, casi es tu cumpleaños.
Barbara se sorprendió al escuchar a Eduardo y miró la fecha en su celular.
Eduardo—No te lo puedo creer lo olvidaste.
Barbara—Te juro que si, no se donde tengo la cabeza.
Eduardo—Dios mio.
Barbara se carcajeo, Eduardo se acostó en la banca y recostó su cabeza en las piernas de Barbara. Después de un rato regresaron a la empresa, Barbara le dio un beso a Eduardo y salió.
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MEPS, el cambio de Barbara Greco.
RomanceEn esta historia veremos el proceso de cambio de Barbara, no sólo físico si no personal, en esta versión ella no se quema la cara. en la parte del romance, Eduardo se casa con fernanda pero su matrimonio tiene problemas, Barbara se enamoro perdidam...