Escapa de la verdad (INCOMPLETA)

- Capítulo X - Bruce

Al llegar a su casa, todo parece estar bien. De momento, han sido muy amables conmigo, hasta hemos comido pastel en honor a mi bienvenida.

Al subir las escaleras, me dirijo a mi habitación. Me dicen que puedo descansar todo el tiempo que quiera, porque estoy pasando por un momento complicado, cosa que no les niego.

Son las tres de la mañana y no consigo pegar ojo. Me duele, la echo de menos y me siento vacío por dentro. ¿Nunca os ha pasado que no sabéis porque, pero no estáis bien? La gente os pregunta que os pasa y vosotros solo sabéis responder que estáis bien porque, preferís no tener que explicarle tus estúpidos problemas a quien te pregunta. Preferís llorar solos y dejar de hacer pena. Así me siento yo, pero a mi, nadie me pregunta cómo estoy, porque no tengo a nadie. Me duelen los ojos y me cuesta un poco respirar. De repente, empiezo a pensar en la última frase que dijo mamá: para mi estás muerto. ¿Por qué no soy capaz de suicidarme?

Esa idea desaparece rápidamente de mi mente, no creo que eso ayudará de mucho. Para ella ya estoy muerto y me ha quedado muy claro que no me quiere. Yo solo quería tener el amor de una madre y sus máximas muestras de cariño, han sido los leves golpes que me daba en la barriga. ¿Por qué no podía tener una vida normal?

Cuando iba a sexto de primaria, fue cuando sus golpes aumentaron, pasaron de pataditas a puñetazos. Ahí es cuando la despidieron de su trabajo y tuvo que empezar con la prostitución. Durante ese año, estuve llorando todas las noches. Me miraba al espejo y me sentía vacío, no sabía quién estaba delante de mi, solo veía a un niño solo y sin saber que era tener una familia.

Dejo ir un suspiro, me duele, pero estoy tan acostumbrado a eso que al final ya no siento nada. Estoy harto de hacer ver que todo va bien, no es así, y nunca lo ha sido, no estoy bien... Estoy harto de luchar y de intentar seguir vivo.

¿Por qué sigo vivo?