- Capítulo IX - Lucy

14 5 0
                                    

De repente, escucho a alguien que intenta abrir la puerta. Me tranquilizo dado a que sé que he puesto el pestillo. Esa tranquilidad desaparece rápidamente porqué quien tenía que entrar, ya lo había conseguido.

Intento mantener la calma, pero los nervios se apoderan de mi. Poco a poco, noto como alguien se acerca a mi cama. Como estoy de espaldas a la puerta, no consigo descifrar quién es. Aprieto los ojos y me repito que todo saldrá bien.

    - ¿Pensabas que te ibas a librar de mi idiota? - Reconozco esa voz, es la chica con la que estuve en el sótano. - Despierta imbécil, sé que me estás escuchando. Por fin podré darte lo que te  mereces. Por tu culpa Bruce me ha pegado. ¿Por qué le tenías que explicar que me violó?          Lucy nos quiere hacer daño, Lucy nos quiere matar. Lucy nos quiere muertas. No dejes que Lucy te mate, matémosla nosotras. Lucy te odia. - No entiendo a quién le está hablando, si solo estamos ella y yo en la habitación. - A Lucy no le gustas, acércate a ella y mátala. - Sin pensarlo mucho, me levanto y salgo corriendo, pero ella es más rápida y me atrapa. No deja de darme puñetazos y de gritar que todo es por mi culpa. Con la vista ya borrosa, distingo lo que parece ser un cúter, que no tarda en rozar mis muslos. Duele... No dejo de gritar, por eso ella me pone la mano en mi boca de una manera brusca para contener mis gritos de dolor y así no poder despertar a nadie. Al poco tiempo se levanta, soy incapaz de recobrar la compostura, pero le suelto - ¿Eso es todo lo que puedes hacer puta loca? - acompañado de una carcajada - Al final Bruce tendrá razón y solo serás una psicópata débil.-

      - No te atrevas a nombrar su nombre, hijita perfecta - Me suelta. Hace ver que no le ha dolido lo que le he dicho, pero sé que le ha afectado de alguna manera. Vuelve a pegar su cuerpo contra el mío. Aterrorizada, veo que sus dedos recorren mis muslos hasta llegar a los cortes. No tarda en poner los dedos dentro de la herida. Me estremezco de dolor una vez más.

     - ¿Así es como imaginabas a esta puta loca? Puedo seguir si quieres. Lucy ha sido malvada con nosotras, se merece más.

No me puedo mover, a este ritmo, si que acabaré muerta. Duele demasiado.

Poco tiempo después, me empieza a quitar la ropa - Ahora te haré lo que él nos hizo. - Al quitarla, me hace unos pequeños cortes cerca del hombro gritando a la vez: - ¡Aquí es por donde empezó a tocar! - No tarda en darme otra bofetada y pedirme que me levante. Me siento débil y avergonzada. Odio mi cuerpo y que ella lo vea me da aún más vergüenza. De repente, nota algo que no recordaba que estaba allí. - ¿Así que tienes cortes en la parte interior de los muslos? Parece que al final no eres la hijita perfecta. ¿Qué pasa, no te gustaba tu cuerpo, los chicos no te prestaban la suficiente atención? ¿O será que solo querías llamar la atención de tu mami para que te hiciera más caso? - No me encuentro bien, en mi mente empiezo a recordar las veces que me cortaba. Se que suena inútil y siempre he sido de las que cree que cortarse o hacerse autolesiones es estúpido. Pero hubo un tiempo donde esa era mi única vía de escape. Debo decir que ya no lo hago tanto como antes y siempre me cortaba en la superficie, sabéis, no me quería morir, simplemente quería.... olvidar.

De repente, me siento mareada, creo que he perdido mucha sangre... me pesan los ojos, ¡mierda! estoy perdiendo el conocimiento. Pero antes de eso, puedo distinguir una silueta masculina acercándose a mi que empuja a la puta loca hacía un lado y le da una buena paliza.

Al abrir los ojos, sigue siendo de noche, al mirar a través de la ventana puedo ver la luna llena, es preciosa. No estoy en mi habitación y eso me asusta al principio. A mi lado, está tumbado un chico que parece tener mi edad. Está despierto, la luz de la luna le sienta genial. Debo admitir que es muy atractivo. Lo observo durante un largo tiempo, hasta que de repente se gira y me dice:

     - ¿Embobada por mi belleza, mi lady? Tranquila, no eres la única que le pasa.

     - Egocéntrico. - le suelto, no soporto a la gente así, pensaba que esta conversación podría ir hacía otro lado, pero es el típico chico que se cree el mejor. Como todos los que he conocido. ¿Tan complicado es encontrar a alguien diferente?

     - ¿En qué piensas mi lady? - Se gira y se acerca a mí, por un momento dejo de respirar.

     - No me llames así, tengo nombre y aléjate de mi, tu asqueroso hedor me está mareando

      - Lo que tu digas Zarigüeya

      - ¿Pero quién te crees llamándome así?

       - Que estirada eres. Vete a dormir a tu habitación y déjame descansar.

        - Has sido tú quien me ha traído aquí...

Veo que no me responde así que me levanto de la habitación sin tardar en decir - Adiós gatito. - Al caminar escucho su risa, tal vez, estar secuestrada no será tan malo como creía.

Me miro las heridas, las cuales veo que ha intentado curar pero no ha podido. Al llegar a mi habitación, veo a la chica loca estirada en mi cama. No entiendo el porqué pero no le tengo miedo. 

Escapa de la verdad (INCOMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora