- Capítulo XVI - Bruce

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Mamá está muerta... 

Ahora estoy completamente solo. Aún me cuesta respirar, por un momento olvido dónde estoy. 

          - ¿Estás bien chavalín? -pregunta Ibar

       - No lo sé... - Ahora mismo no sé qué pensar. Sólo quiero llegar a casa de mis abuelos y dormir para escapar de esta triste realidad.

       - Tranquilo chaval, seguro que todo acaba saliendo bien, ahora ve a descansar con tus abuelos, coge el autobús, porque sino llegarás tarde a su casa - ¿Cómo sabe eso? No le doy  mucha importancia y hago lo que dice. Bajo cada piso hasta llegar a la entrada. Antes de irme, me despido de la recepcionista.

Al salir, no veo ninguna ambulancia ni el cuerpo de mi madre, eso me hace pensar varias veces si de verdad se ha suicidado, pero dejo de perder el tiempo con simples chorradas y voy hacia la estación de autobuses.

Cuando por fin llego a casa, antes de entrar me doy cuenta que me he dejado el teléfono en el psiquiatra. No me importa mucho vivir sin él, pero lo necesito ya que ahí es donde guardo todas mis historias. Cuando no puedo dormir y no estoy inspirado para dibujar, escribo relatos cortos. No me lo pienso dos veces y corro para coger el próximo autobús. ¡Al final a este ritmo me quedaré sin dinero!

Al llegar no hay nada ni nadie. Todo está solitario. No lo entiendo. Literalmente, es como si todo hubiera desaparecido en un abrir y cerrar de ojos. Solo hay ruinas de lo que parece ser un psiquiatra. No tiene sentido. ¿Estaré delirando? ¿Cómo puede ser que no haya nada? Pero si hace menos de treinta minutos me acababa de despedir con la recepcionista. No tiene lógica. Yo sé que he perdido el móvil aquí dentro, así que corro en busca de él. No es una buena idea, porque al poco tiempo me resbalo y choco con unos restos de pared que me dejan un par de heridas en las rodillas. A mi derecha, casualmente, encuentro mi móvil. Tiene una nota.

Escapa. Ahora

Escapa de la verdad (INCOMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora