- Capítulo XXXVII - Lucy

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Cierro lo más rápido posible el armario y me siento en la cama.

- Aquí. –respondo - es que me había mareado un poco, será mejor que baje a la cocina a comer algo. - digo con una sonrisa para ocultar el miedo que tengo en el cuerpo.

- Bueno, –dice acercándose a mí - podríamos bajar juntos y hacer algunas galletas. –me abraza. ¡Esto es demasiado molesto!

- Será mejor que vaya sola, además, quiero hablar con Bruce sobre el libro. - digo para disimular. ¡Joder, esto se me da fatal!

- Bruce no está, se ha ido a encargarse de unos asuntos.

- Lo siento, estoy muy cansada, supongo que debería dormir y recuperarme por lo que me pasó. ¿Puedo irme? –por favor di que sí.

- ¡Claro! No importa, ya nos iremos viendo, ahora descansa. –dice mientras me da un beso en la mejilla. ¡Tierra trágame!

Al despedirme de él, bajo las escaleras con calma, para que no se note lo alterada que estoy. Al estar en frente de la puerta de Noah decido que sería una buena idea hablar con él, he sido muy cabrona y debería disculparme.

Abro su puerta y lo encuentro con una chica encima. ¡Joder! Si es que no puedo ser más oportuna. Me quedo unos segundos ahí parada, hasta que notan mi presencia. Cuando Noah me mira a los ojos, cierro rápidamente la puerta y me voy a mi cuarto.

¡Si es que esto me pasa por ser una idiota! Tal vez, yo nunca le he gustado y solo somos dos personas que viven en la misma casa y se lo pasaban bien juntos. ¡Esto es una mierda! En realidad, me merezco este golpe de realidad. Como dicen, no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes...

Me duele... Pero sé que al final, todo pasó por mi culpa.

Decido irme a dormir para poder desconectar y alejarme de este sentimiento tan patético.

- ¡Lucy! ¡Lucy! ¡Despierta! – dice una voz femenina. Abro los ojos de repente y veo a Alia frente a mí.

- ¿Qué pasa? – pregunto adormilada.

- ¡Menos mal que no estás muerta! – dice aliviada. – Bueno, ¿cómo estás?

- Mentiría si te dijera que bien. - digo encogiendo los hombros. 

- ¿Es por lo de Noah? – la miro sin entender nada. – Me he enterado, aquí los rumores van muy rápido y tengo ojos y oídos por todas partes. – dice entre risas.

- Simplemente estoy agotada Alia, así que me gustaría descansar. – digo como excusa.

- ¡No! Esto no puede ser, llevo tiempo aquí y nunca he visto a Noah tan contento como lo estaba cuando hico esos cupcakes. ¡Hasta habló con las cocineras! Y eso nunca lo ha hecho. Luego, empezó ha hablar más con nosotros... Pero después de que pasarás de él – me dice con una mirada de enfado. – se volvió como siempre y ahora ha vuelto a ser un cabrón.

- Estás diciendo que es mi culpa, ¿verdad? – no me devuelve la mirada. – Tal vez hubiera sido mejor si hubiera tenido una amiga, para poder pedirle algún consejo. – digo clavándole la mirada. - ¿Se puede saber dónde has estado todo este tiempo?

- Lo siento... Bruce me llevó a un psicólogo para que mi salud mental mejorara, además, me obligó a quedarme en mi cuarto, hasta que aprendiera a controlar mis ataques de ira, para así no atacar a nadie. No lo culpo, es decir, tiene razón.

- Una cosa, siempre me he preguntado, ¿Qué hiciste con tu hermano y por qué dijiste que Bruce abusaba de ti?

- Bueno... como ya te he dicho mi salud mental no estaba muy bien y cuando Bruce me puso en ese sótano... Él me salvó de mi padre, que era quien me abusaba y mató... a mi hermano pequeño. – dice con cara triste. – Siento haberme inventado toda esa historia, pero es que estaba muy afectada y... nunca había hablado con nadie. Se podría decir que Bruce me salvó la vida. Por eso, me cae bien, pero no lo quiero ni nada de eso. Ahora, será mejor que veamos películas de amor tristes y te puedas desahogar un rato. – dice sonriendo.

- De acuerdo... Pero... necesito un helado primero.

- ¡Marchando Lucy!

Nos pasamos la tarde viendo películas tristes y llorando hasta la hora de cenar.


Muchas gracias por leer el capítulo de hoy. 

Bye <3

Escapa de la verdad (INCOMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora