- Capítulo XLI - Bruce

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- ¡Jessica, por el amor de dios despiértate! ¡Por favor! - me agacho y las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos descontroladamente. - Tu padre me va a matar si no llegas viva. Vamos Bruce, puedes hacerlo, solo confía en ti. - respiro un par de veces para aclarar mi mente llena de ruido. - Jessica, por favor, despierta. - Bruce, relájate, confía en ti, todo saldrá bien.


Sin pensarlo mucho empiezo a buscar con la mirada algo que me pueda ser útil, esto es una mierda, siento el sudor bajar por mi espalda. No encuentro nada y el pánico se apodera de mi, por suerte estos últimos meses he aprendido más a controlar mi maldita ansiedad así que respiro un par de veces y vuelvo a mirar con tranquilidad. De repente, encuentro dos palos de hierro delgados con los que puedo intentar hacer palanca para poder abrir esta maldita trampa. Esto le va a doler.

- ¡Uno, dos, tres!

¡Esto está lleno de sangre! No tardo en recordar las nociones básicas que nos han dado en la clase de primeros auxilios y recreo en mi mente todos los pasos que tengo que seguir para hacer bien el torniquete. Soy consciente de que si lo hago mal, podría causarle daños innecesarios y de que es una práctica que ya no se recomienda, pero es lo único que puedo hacer para que al menos aguante viva hasta que lleguemos a la escuela.

- Ahora, hacia la escuela. - digo.

No me cuesta mucho llevarla en brazos, supongo que todas estas horas dedicadas a hacer actividades físicas, me van a ser útiles. Todo va bien y eso me parece extraño. De repente, siento que alguien me está mirando fijamente así que intento buscar con la mirada si realmente alguien lo está haciendo. No tardo en percibir una silueta vestida todo de negro, observarme con unos prismáticos. Cuando esta percibe que lo observo, empieza a correr.

Todo esto es extraño pero mi misión aquí es salvarla. ¡Vamos Bruce queda menos!

Poco a poco voy avanzando y también me paro para poder comprobar que su corazón sigue latiendo, al repetirlo por novena vez, me doy cuenta de que este ya no late.

¡No late! ¿Estará muerta? ¿La he matado? ¿He hecho algo mal? ¡Todo es por mi culpa, soy un desastre!

Respiro un par de veces.

- Piensa Bruce, usa todos tus esfuerzos para correr estos últimos catorce metros. - me digo a mi mismo para tranquilizarme.

Empiezo a correr desesperadamente para poder llegar a tiempo a la enfermería, estoy empapado de sudor y muy cansado, pero mi cuerpo está produciendo adrenalina y eso facilita el proceso de llegar. Por fin lo consigo y empiezo a gritar lo más alto que puedo.

- ¡Ayuda! ¡No respira! - no tardan en aparecer dos enfermeras con una camilla, es extraño, es como si supieran que esto pasaría.

- Nos la llevamos, usted mejor quédese aquí esperándola. - dice la chica más alta.

- ¿Cómo? ¿Perdón? Necesito estar con ella. - digo balbuceando. Luego, una enfermera se gira y se acerca a mí apresuradamente.

- Quédese aquí número 234. No le cuentes a nadie que ha pasado. ¿Entendido?

- ¡No! No voy a dejar que le hagáis nada. Debo ir con ella.

Luego, la enfermera amargada levanta delicadamente su mano y el hombre que antes nos observaba aparece.

- Encargate de este. - dice con un tono frío la enfermera amargada.

Al poco tiempo, este hombre empieza a sacar una pistola de bolsillo. Será mejor que lo deje estar.

- Tranquilo, ya me iba. - digo con un tono suave.

- No te vas a ningún lado pequeño Bruce. - a medida que el hombre robusto se acerca, aprovecha a quitarse el pasamontañas.

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⏰ Última actualización: Jul 09, 2022 ⏰

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Escapa de la verdad (INCOMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora