Calum tomó entre sus manos su teléfono y marcó por última vez el número de Alaska. Ella contestó al primer timbre, y su respiración se escuchaba débil y forzada. Calum se preocupó.
"Permíteme demostrarte que eres todo para mí" Fue la frase que acabó con el silencio incómodo que habitaba entre ellos dos.
"Lo siento" Respondió con un hilo de voz.
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