✧;treinta y cinco

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Suspiró suavemente al entrar a la sala dónde se realizaban las sesiones de todos los días. Calum le había prometido que estaría en la sala de espera hasta que ella saliera del salón porque la madre de Alaska la había dejado sola y no llegaría hasta las cinco de la tarde.

"Umh, ¿Ya puedo irme?" Preguntó en susurro mirando hacia el suelo mientras jugaba con sus dedos lentamente.

"Alaska, aún faltan diez minutos para que se termine. ¿Por qué nunca hablas de tus problemas? Sé que no crees que sea la persona indicada para que le cuentes todos tus problemas, pero enserio, quiero ayudarte" Confesó el psicólogo con ambas manos entrelazadas.

"Sr. Harrison, yo no tengo nada. Solo soy realista. Sé que voy a morir y no tengo porque ocultar eso a través de mentiras, sólo soy honesta conmigo misma."

"Pero Alaska..." Y se acabó la sesión. Alaska tomó su bolso, se levantó y acomodó su falda negra para que no se viera nada más de lo necesario.

"Nos vemos, Sr. Harrison" Se despidió ella moviendo su mano en forma de una despedida obviamente, llena de felicidad porque cuando sonaba la alarma indicando que había terminado todo, para ella era una idea perfecta. Salió del salón encontrándose con un sonriente y armonioso Calum, quién la abrazó.

"No sé si te lo he dicho antes, pero eres hermosa."

alaska ✧ cth.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora