Hacía mucho frío afuera y Alaska aún seguía despierta intentando conciliar el sueño. Por un segundo se le ocurrió llamar a Calum a aquella hora, pero decidió no molestarle porque probablemente él estaría durmiendo profundamente, pero esas palabras se las llevaría el viento cuando su celular suena y es él.
"¿Qué pasa?" Dice ella en forma de saludo, volviendo a sentarse en su cama sin hacer ruido.
"Quería escuchar tú voz" Anuncia el pelinegro y cuando se da cuenta de la cursilería que ha dicho, intenta retractarse "Oh, eso ha sido muy cursi. Lo siento."
"Y muy adorable, desde luego." Termina Alaska con una suave risa, haciendo que Calum sonriera.