"No pude evitar escuchar tú confrontación con Edgar" Comenta Alaska despreocupada. Le costaba tanto no derrumbarse ante su madre, pero siempre se mantenía y nunca lloraba frente a ella porque tampoco quería causarle más problemas.
"¿No deberías llamarle papá?" Interroga a la chica tratando de esquivar el incómodo tema que había iniciado su hija.
"No tengo nada que ver con ese señor y tampoco quiero estar involucrada con él" Responde con mucho enojo. Alaska estaba muy dolida y más, porque a sabiendas de que estaba enferma, él no estaba interesado en ello.
Y eso, duele. Bastante.