30.

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En el momento en que Sarah está fuera de la vista, la cara de perra intenta correr hacia la puerta, pero no hay forma de que la deje ir. Mi mano tiene voluntad propia y se cierra alrededor de su muñeca, torciéndola detrás de su espalda.

- Te vienes conmigo, perra. - La empujo frente a mí hasta que estamos afuera, luego la llevo a un pequeño callejón al costado de la cafetería. Ella grita durante unos dos segundos mientras caminamos. Sin embargo, cuando mira por encima de mi hombro y ve a Yoongi caminando casualmente detrás de nosotros, no salen más palabras de su boca.

Es un paseo corto, y ahora que la empujo contra la pared, todo su ingenio parece haberse desvanecido. Retrocediendo, cruzo los brazos frente a mi pecho.

- Habla - ella está mirándome con una mirada desconcertada.

- ¿Q-qué quieres que te diga?

- Necesito que te defiendas antes de que pueda abofetearte. - Sin mirarla, empiezo a arremangarme las mangas de mi camisa. - Ahora habla.

Ella mira por encima de mi hombro a un Yoongi muy tranquilo que se apoya contra la pared detrás de mí.

- ¿Quieres que me disculpe?

- Quiero que hables. Lo que salga de tu boca depende de ti.

Ella no se está disculpando. Probablemente piensa que esta era su única opción. Estaba desesperada porque Yoongi la notara.

Sammi pasa junto a mí hacia Yoongi.

- Lo siento, cariño. Lo siento mucho. Solo quería mostrarte lo herida que estaba.

Él no se mueve de la pared, estirando la cabeza lo suficiente para evitar sus manos.

- Sammi - Él trata de hacer que ella deje de hablar, colocando una mano frente a ella.

- Te amo cariño.

Ay, por el amor de Dios.

- Realmente lo hago. Hice todo eso por amor. Te deseo.

Yoongi ni siquiera puede hablar. Creo que está tratando de no hacerlo, temeroso de lo que podría decir o hacer si abre la boca. Miedo a perder la cabeza. Ella continúa su charla, sus palabras tienen menos sentido por minutos.

- Lo siento mucho, cariño. Por favor. - Cuando sus súplicas ya no funcionan y no tiene el resultado que esperaba, lo besa. No sé qué esperaba con este movimiento. Ella hace lo mismo que le hizo a Jungkook, juntando sus cuerpos de una manera que él no puede separarse del beso sin romperle los brazos.

Yoongi lo intenta, pero no cede. Harta de ella y de su drama, agarro un puñado de su cabello y la aparto de él hacia el suelo. Su cuerpo cae con un ruido sordo mientras la arrastro por el callejón hasta que está a una distancia segura de Yoongi. Unos cuantos mechones de su cabello se atascan en mi mano, y mientras los sacudo, puedo verla tratando de levantarse de nuevo.

- Escucha, perra. Estoy harta de ti y de tu mierda. - Su boca se abre, pero ninguna palabra sale de ella. Es como si toda esa actitud de chica mala suya hubiera volado por la ventana. Finalmente se pone de pie, mirando a Yoongi con incredulidad.

- ¿Vas a dejar que me hable así?

- Oh, déjate de tonterías, ¿quieres? - le grito.

- No lo estás arrastrando a esto. Ya le hiciste suficiente a Yoongi, a Jungkook y a mí. Solo por eso, merecías que te abofetearan en esa estúpida cara tuya. Pero luego te metiste con mi hermana.

Ahí está. Ella sonríe, esa misma sonrisa traviesa que la vi hacer el día que pasó por el estudio de Yoongi. La conozco, la verdadera ella. Las chicas como Sammi tienen todo lo que quieren sin trabajar duro por ello. Ya sea que estemos hablando de un trabajo, una prenda de vestir o incluso un chico. Chasquean los dedos y lo obtienen. Y cuando no pueden tener lo que quieren, lo intentan sin reconocer a quién tienen que lastimar en el proceso. Las chicas como ella son un ejemplo de lo lejos que alguien está dispuesto a llegar para salirse con la suya.

Arrogante - Yoongi ±¹⁸  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora