Capítulo 2

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**Flashback**


Ella ya se había ido... No tenía ya nada por que vivir, pronto todos fueron adoptados menos yo... No sabía si era porque yo no era muy agraciado, cada vez que una pareja venía a elegir un hijo anhelado todos eran ideales menos yo... ¿Cuál sería mi defecto? No lo sabía... Todas esas miradas con odio y hostilidad, crecí mirándolas, juraba que todo era normal en mí, pero algo me hacía diferente, nunca lo supe, pero el no tenerla junto a mí fue una gran caída, creí que ella estaría siempre conmigo pero era una lástima que solo hubiera sido una ilusión, nuestro tiempo estaba contado, ella me hacía sentir especial, era la única que parecía apreciarme... Ella me quería... 


Perderle había sido un golpe bajo, la última vez que la vi ella lucía un vestido blanco, unos rulos con un gran moño del mismo color, subió a aquella limosina color negro y se marchó, su mirada era pesarosa, pude darme cuenta de que a pesar de todo el dinero que tendría no sería feliz, por otro lado ahora yo yacía en la depresión, cada noche parecía eterna, ya no era fácil dormir, esas ilusiones desaparecieron, pasó un año sin ella, no podía seguir así, tenía que encontrar una salida, una salida que me alejara de su recuerdo, cuando nadie observaba y la oscuridad de la noche caía decidí escaparme, tomé mis cosas y las metí en una pequeña bolsa negra y fue cuando tuve que ser astuto al evitar que los guardias me vieran, escapé por la gran reja trasera, pronto estaba afuera... 

Lejos de las colinas del orfanato, lejos de esas grandes rejas negras que cubrían el gran terreno, nunca había conocido lo que era el mundo exterior, el monopolio era escandaloso, caminé por la carretera hasta que llegué a la ciudad, era muy confuso, habían luces y carteles sumamente escandalosos por todas partes, grandes edificios, gente por todas partes... Esos rumores de la urbanidad eran ciertos, casi fui arrollado por varios autos demasiadas veces, estaba asustado, estaba en un lugar en el que nunca en mi vida había estado, comprendí lo que era temer de verdad, corrí hacia la parte más oscura de la ciudad, esa noche dormí en un callejón oscuro y húmedo, por una parte me arrepentía de haber huido, pero por otra parte me sentía libre, sentía esa libertad... No volvería, me propondría ser independiente por primera vez, aunque una parte de mi la echaba de menos, su sonrisa inocente, sus ojos brillantes, su risa algo aguda pero contagiosa, extrañaba y echaba de menos todo eso, algunas lágrimas recorrieron mis mejillas, la extrañaba, siempre pensaba en ella me preguntaba si ella también estaría pensando en mí.


Al siguiente día aparecí en una cama irreconocible, casi sentía que seguía en el orfanato, hasta que mire a mi alrededor y era una habitación desconocida, no sabía dónde estaba, me levanté confundido, me tallaba los ojos y miraba todo el lugar, pronto la puerta se abrió, corrí nuevamente a la cama y fingí seguir durmiendo, pronto alguien movió el colchón, abrí los ojos como cazuelas al instante, y fue cuando vi a un hombre con un estilo "hippie" , una barba muy extensa, cabello largo alborotado y enredado, un par de gafas circulares y un atuendo formal pero muy colorido, se acercó a mirarme, yo solo me quedé intacto y asustado al mismo tiempo...


-Oye niño ¿estás bien? -Dijo aquel hombre con una voz ronca y grave mientras me miraba sorprendido, yo solo me oculté entre las sabanas y afirmé con la cabeza


- Es un alivio, estaba a punto de regresarte a aquel basurero de donde te encontré -Dijo él mientras me miraba con sentido de mofa, no tardé en sonreír y dar una leve carcajada 


- Soy John Murray, el viejo John así me dicen, pero puedes decirme el tío John ¿Cuál es tu nombre? –
-David... -Dije aun ocultando mi rostro entre las sabanas 

-¿Solo David? ¿Cuáles son tus apellidos jovencito? –Preguntó dudoso y confundido, descubrí mi rostro para contarle que yo no tenía apellidos, pues yo no conocía a mis padres, le conté toda mi historia, a pesar de todo él me había ayudado, cuando terminé de contarle todo creí que trataría de regresarme al orfanato o algo parecido, pero por suerte su reacción fue diferente, se mostró más flexible, inclusive pude darme cuenta de que se puso en mi lugar, pronto los meses pasaron, él me dio un hogar, alimento y al paso del tiempo comenzó a tratarme como a su propio hijo, eso me hacía sentir querido y protegido, los años pasaron, tuve una adolescencia como la de cualquier otro joven, asistí al escuela, pero el tío John al notar mi poco interés me dejó elegir por mí mismo, ya que él había abandonado la escuela a una corta edad, pues él se dedicó a la música, era cantante y guitarrista de una banda de Blues, él me llevaba a sus ensayos y presentaciones con sus compañeros y camaradas, aunque todos ya eran de una avanzada edad su música era fantástica y el público los idolatraba, un día cuando yo solo tenía 14 años el llego muy animado a casa, me dio su guitarra acústica y me mostró como era que se debía tocar, aprendí rápidamente, él siempre me decía que estaba orgulloso, era como el hijo que nunca había tenido, eso me hacía sentir alegre y ese fue el día más feliz de mi vida, me di cuenta de que la música sería mi vida, me dedicaría a ella y además me percaté de que esta era mi punto fuerte y que en realidad era bueno en eso.

Los años pasaron, el tío John se había convertido en mi padre, por fin sabía lo que era tener el cariño paternal, pronto cumplí 18, como cualquier adolescente me hice de muchos amigos con los que pronto forme una banda, el tío John estaba orgulloso, ya que según él estaba siguiendo sus pasos, y que una exitosa banda se formaba como la nuestra, en ese entonces Steve, Paul, Doug y yo, el tiempo paso, nuestra banda comenzó a tener éxito pero por problemas la banda quedo despedazada, hasta que se integraron Bruce, Steve, Adrian, Clive y yo. 

Decidí mudarme con los chicos, me despedí del tío John y le agradecí por todo lo que hizo por mí y por haberme sacado de la miseria y fue cuando él me regaló el mejor de los regalos, una guitarra eléctrica fenomenal, me deseó lo mejor, tomé mis cosas y me marché, opté por cambiar mi nombre ahora sería Dave Murray, usaría el apellido con mucho orgullo, mi vida había cambiado, la música había cambiado mi vida y le había dado un sentido a esta, agradecía al tío John por ayudarme a encontrar mi vocación y por haberme guiado al camino de la felicidad.

*Fin del Flashback* 

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