Capitulo 15

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Steve se detuvo frente la casa, Adrian se levantó de la acera y su gesto dejó de ser de preocupación, bajamos y él se acercó a Steve

-¿Dónde estaba mi auto? –Preguntó Adrian aturdido con las manos en la cabeza 

-Tranquilo, solo lo tomamos un momento –Dijo Steve riendo fingidamente 

-¿Un momento? ¡Ya son casi las cinco! –Gritaba Adrian, la escena parecía como la de una madre castigando a su hijo, en este caso la madre era Adrian y el niño recibiendo un regaño era Steve, no tardé en reírme en silencio, aunque agradecía demasiado a Steve, el ver la actuación exagerada de Adrian cuando se enfadaba era muy graciosa 

-No deberías molestarte, llenamos el tanque con gasolina y está sano y salvo no tiene ni un tallón, compruébalo por ti mismo -Dijo Steve retador, al instante Adrian comenzó a examinar el auto, al notar que no había ninguna falla dio un suspiro y no dijo nada más, Steve y yo entramos a la casa tratando de ocultar nuestras carcajadas 

-¿Crees que le dé un desmayo al ver el interior? –Susurró Steve 

-Seguro nos matara – Dije a susurros, habíamos derramado frituras y cerveza en el interior, ambos éramos muy torpes comiendo en el auto, todo el suelo quedo lleno de papas fritas y los colchones mojados por la cerveza y la soda, entramos rápidamente a la casa mientras que Adrian se quedó admirando su auto, me fui a mi habitación a guardar aquel portafolio que me habían dado en el orfanatorio, me quede mirando la nada hasta que un grito peculiar captó mi atención al igual que los demás, todos salimos rápidamente de la casa ya que el grito provenía de afuera

-¡No! ¡No! ¡No! – Ahí estaba Adrian golpeándose la cabeza contra su auto, miré a Steve y ambos nos reímos en silencio 

-¿Qué pasa Adrian? –Preguntó Bruce acercándose admirado a él 

- Estos desgraciados dejaron mi auto hecho un desastre – Dijo Adrian mientras nos señalaba, bajamos la mirada fingiendo arrepentimiento y entramos a la casa como un par de cachorros con la cola entre las patas, aunque estando dentro nos desbordamos y comenzamos a dar fuertes carcajadas 

- Eso le pasa por envidioso, si fuera más compartido no le estaríamos jugando malas pasadas –Dijo Steve al borde de seguir riendo, chocamos cinco y ambos fuimos a nuestra respectiva habitación, fui a practicar con la guitarra un rato hasta que anocheció y Adrian apareció agotado con una cubeta y varios utilitarios de limpieza, no tardé en sentirme culpable, en ciertas ocasiones a Adrian le tocaban las peores partes, pero tal vez Steve tenía razón, tal vez eso le sucedía por tener una actitud tan egocéntrica, fui a ver la televisión con Clive y a tomarme un vaso de leche junto a unas galletas de amaranto, me prepare para dormir y me tumbé en mi cama, mire el techo y di un largo suspiro, había sido un día largo y agotador, aunque por fin conocía muchas cosas que creía inexistentes y turbias, a pesar de que había resuelto y conocido la verdad de varias interrogantes aún habían situaciones que no yacían resueltas todavía. 

Me levanté, me di una ducha, me vestí y fui a la cocina a comer algo, Clive veía dibujos animados y Steve trataba de cocinar huevos con tocino, por otro lado miré a Adrian, él giró la mirada a mí y frunció el ceño, nunca había visto así a Adrian, se lo había tomado muy enserio esta vez, había arruinado por completo la amistad y el vínculo de compañerismo y fidelidad que había entre ambos, era probable que hubiera perdido a uno de mis mejores amigos para siempre, bajé la mirada y fui por un vaso de jugo de naranja, comí unos panqueques con miel y me despedí de los chicos aunque de Adrian no recibí ninguna respuesta.

Caminé hasta la mansión Van Ewen, debía arreglar las cosas con Lenina, me tenía que disculpar, no quería que cualquier tipo de relación que tuviéramos quedara inconclusa, no podría vivir sabiendo eso, me introduje donde siempre y me escabullí hasta su habitación, ella estaba frente a un tocador cepillándose el cabello, me miró desde el espejo y volteó rápidamente 

-¿Qué crees que haces aquí? –Dijo ella levantándose molesta 

- Lenina, yo… yo… -

-Tu bien sabias que no me gusta hablar de mi pasado, pero tu rompiste las barreras –Dijo ella interrumpiéndome mientras se cruzaba de brazos 

-Lenina, yo lo siento, no debí haberme metido en lo que no me importaba… -Dije con la mirada baja, ella solo me miro por un momento y giró el rostro 

-¿Sabías que puedes ir a prisión por invadir territorio privado? –Dijo ella con un tono frío y severo, bajé la mirada y me dirigí hasta la puerta hasta que alguien tocó esta desde afuera 

-Señorita Lenina, por favor abra la puerta –Dijo una voz de una mujer, ella me miró con esa frialdad que comenzaba a surgir en ella… 

(Dreams) Sueños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora