Si se trataba de ella... tal vez era alguien conocida en todo Londres, sería fácil encontrarla, pero era extraño, ella era muy privilegiada para viajar en autobús, habían muchas cosas que no me quedaban en claro, tenía que encontrarla pesase lo que pesase
-¿Dónde viven ellos? –Pregunte inquieto
-Eh escuchado que en las colinas de Leyton, más al sur, seguro que a una media hora –Respondió Steve
- ¡Debemos ir! –Grité
- ¿Qué estás loco? ¿Para qué quieres ir? –Preguntó Steve sorprendido, expliqué lo que había sucedido, lo de aquella chica, pronto todos habían quedado boquiabiertos
-Eh escuchado que ella es muy bonita ¿Es así? –Preguntó Clive muy curioso
-Claro que lo es, ella es bellísima –Respondí emocionado
- Muy bien, Adrian ve preparando tu auto –Dijo Steve aun algo dudoso, Adrian fue emocionado a ponerle aceite al motor de su auto, Steve se levantó y fue a vestirse pero antes de que se diera cuenta nuevamente Bruce le había arrebatado la toalla, él se molestó y se sonrojo, tomó una almohadilla del sofá para cubrirse, todos volvimos a reírnos, subí a vestirme y a colocarme algo limpio pero antes entré a darme una ducha, pronto estuve listo, bajé de prisa y los demás ya se veían algo fastidiados
-Pareces toda una señorita – Replicó Clive
-¿Qué? ¿Por qué lo dices? –Respondí molesto
-Nunca te habías tardado tanto en prepararte –Respondió Clive
-Ahora veo que ella es especial –Dijo Adrian codeándome y mirándome con picardía, solo le di un leve golpe en la espalda y nos dirigimos a su auto, Steve era el que conocía el sitio así que estaba al mando del volante, Adrian iba en la parte trasera junto a Clive y Bruce mientras que yo iba en el copiloto, abrazaba aquel portafolio mientras que las manos me sudaban un poco, estaba nervioso, no quería causar una mala impresión, los chicos como siempre iban haciendo de las suyas en la parte trasera, Clive y Bruce le hacían cosquillas a Adrian, él ya estaba algo molesto y no tardó en golpearlos, era un caos, una patada vino de detrás casi produciendo un choque
-¡Oigan! ¡Van a provocar que nos matemos! –Gritó Steve molesto sin despegar la vista del volante
-Lo sentimos –Dijeron Bruce y Clive al unísono, sonaban como un par de niños castigados, pero a pesar de eso el caos siguió hasta que por fin llegamos, una mansión con rejas gigantescas apareció frente nuestro
-Es enorme –Dijo Clive boquiabierto
-Son unos desgraciados, ver la mansión en la que viven me pone la sangre hirviendo –Decía Steve molesto, pronto estacionó frente la parte trasera de esta, nos apresuramos para bajar, intentamos entrar pero era inútil, fingimos ser repartidores de pizza pero no llevábamos ninguna pizza lo que fue un completo fracaso, habían unos guardias de seguridad, seria simplemente imposible
-Dave, no creo que podamos entrar –Dijo Clive alarmado
-Creo que mejor te vas olvidando – Dijo Bruce
-No me rendiré, sé que puedo entrar- Dije mientras miraba y analizaba el lugar
- ¡Dave! ¡Detente! Estás loco –Interfirió Adrian deteniéndome
-Chicos confíen en mí, yo sé que lo puedo lograr –Dije decidido
-No iremos por ti cuando estés en la cárcel –Exclamó Steve
-Tranquilo Steve no sucederá, ustedes vayan al auto, en una hora mas o menos nos vemos... -Dije mientras me despedía de ellos, se dirigieron al auto y pronto desaparecieron de mi vista, acomodé aquel portafolio en mi cinturón y comencé a escalar unas enredaderas que estaban enrolladas en las grandes y altas rejas, procuré que no hubiera nadie, por suerte así era ya que se trataba de la parte trasera, pronto llegué a la cima, bajé con precaución aunque se me enrolló el pie entre una enredadera haciéndome caer en un gran arbusto, me levanté sobándome la cabeza y quitándome todas las ramas y hojas que se me habían quedado en el cabello, la parte positiva era que ahora estaba dentro, ahora debía escabullirme de la mejor manera, si alguien me veía todo acabaría...
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(Dreams) Sueños
RomanceAmbos crecidos en un orfanato, abandonados por sus padres a una corta edad, las desolaciones, la soledad de cualquier orfanato... todos pensarían que en sus almas vivía nada más que dolor y pena... pero eso no era así, ya que cuando crecían juntos s...