Capítulo 17

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Minho sonrió al ver a Chan esperándole. Él lo saludó a la distancia, ambos avanzaron en dirección al otro, hasta por fin estar frente a frente. Minho notó, en ese momento, que Chan era más alto por al menos diez centímetros. Algo muy bueno.

—La película comienza dentro de poco —le dijo, dirigiéndose con él a las escaleras eléctricas.

Nunca antes había visto a Chan fuera del colegio, ni siquiera por casualidad. Por lo tanto al verle con esas ropas casuales podía darse cuenta de lo esbelto que era y de la fineza de su rostro. Únicamente convivía con él en los entrenamientos, pero con el uniforme del equipo, realizando rutinas y coreografías, no era lo mismo que contemplarlo de ese modo: con ropa cómoda. Nunca creyó que él pudiera parecerle un hombre, en algún momento, llegó a considerarlo como uno más de los tercer género, o una chica, una amiga. A diferencia de su hermano, Chan poseía una mirada más dulce, compasiva e incluso tierna. Minho se preguntaba como no lo notó antes.

— ¿Prefieres con caramelo o con queso las palomitas? —Le preguntó Chan, observandolo a espera de su respuesta, Minho señaló las palomitas con queso, tomando su decisión.







— No, papá... no te vayas —murmuró Hyunjin, sin embargo, fue tarde y sus padres se marcharon para una reunión de trabajo, dejándolo a solas con Seungmin. Suspiró atemorizado cuando el auto se fue.

— Tampoco voy a hacerte nada —resolvió el rubio al verlo tan afligido, él le miró con preocupación—. Estamos haciendo un proyecto. Quiero mis honorarios y mis honores y aunque no me agrades soy una persona profesional, me puedo comportar a la altura —afirmó, dedicándole una mirada breve—. Justo ahora somos compañeros de clase y tenemos un trabajo que hacer, por lo tanto, solo en estas ocasiones, me permito olvidar quién eres.

— ¿Lo dices en serio? —Inquirió dubitativo, pero él le miraba por primera vez sin repulsión, asintiendo— Entonces ¿no eres mi agresor cuando estamos trabajando? —Seungmin negó con seguridad—Oh...

— Claro que eso no significa que seamos amigos.

— Sí, lo sé.

Hubo un silencio por un momento, cada uno a lo suyo por casi media hora. Seungmin realizaba ágilmente las ediciones en la computadora, Hyunjin se encargaba de detalles menores.

— El titular está listo.

Minho volteó a ver la exposición, Hyunjin había terminado de pintarla y, aunque odiase admitirlo, le había quedado muy bien. Tenía un toque vintage que lo hacía llamativo a la vista.

— Genial.

Hyunjin sonrió consigo mismo al recibir una mirada menos severa a la que estaba acostumbrado. Seungmin volvió a lo suyo, indiferente.

— ¿Quieres más jugo? —Preguntó casi por impulso. El rubio volteó a verlo con ceño fruncido, luego miró su vaso vacío y de nuevo a él. Asintió— Te traeré más.

Tomó el vaso de cristal para dirigirse a la cocina. No quería ser amable con el responsable de sus miedos, pero tampoco podía ser tonto y buscar su propia desgracia, sin embargo, si Seungmin insistía en que eran simples compañeros lo iba a tratar como tal.

— Gracias —murmuró al recibir la bebida.

Lo dijo sin dejar de mirar la pantalla de su laptop. Pero de todos modos era la primer palabra medianamente amable que dirigía a mi persona. En ese momento no entendía que esa simple muestra de modales iba a significar mucho para mí.






Chan estaba encantado. Minho se había reído y emocionado mucho durante la cinta, él no podía evitar sentir que el bajito estaba disfrutando su compañía. Salieron de la sala de cine con una gran sonrisa, hablando sin parar sobre el final tan peculiar que la película tuvo. Chan se enteró de esa manera que a Minho le fascinaban los autos y anotó mentalmente el dato. Tal como dijo tenían una cuponera entera de descuentos para el salón de videojuegos. El lugar era enorme y él había estado ahí muchas veces con su hermano y los otros, pero al llegar con Minho y canjear la cuponera en su totalidad el lugar se sentía mucho más grande y maravilloso.

El Aforismo De Lo No Dicho (HyunMin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora