Capítulo 32

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— Bang Jisung —leyó el oficial de policía, frente a la celda compartida del joven chico, este se levantó lentamente para atenderle—. Tienes visita.

Aunque el adolescente no se mostró sorprendido el oficial lo llevó esposado junto con otro de los guardias, Jisung no dejaba ver ningún tipo de expresión, solo la idea sobre cuál de sus padres había decidido verlo era lo que llenaba su mente. Al ingresar a la sala de visitas buscó con la mirada a alguno de ellos, pero en su lugar encontró a Chan.

Se removió incómodo cuándo el oficial le quitó las esposas, él se sentó frente a su hermano. En la sala había algunos otros internos que tenían visitas. Habían oficiales por doquier para mantener la vigilancia y el orden. Era la primera vez que alguien iba a verlo y no era precisamente lo que esperaba.

— ¿Por qué estás aquí? —Preguntó con frialdad, viendo directamente los ojos de su hermano.

— Soy tu hermano, Ji. Cumplimos dieciocho en una semana y quise traerte esto —con tranquilidad le dejó un pequeño pastel individual en la mesa de concreto, frente a él—. Al principio no querían dejar que te lo diera, pero al final pase por el control de seguridad con éxito y pude entrar.

— No lo quiero —decidió, desviando la mirada—, y tampoco quiero verte. ¿No te bastó haberme metido aquí y ahora incluso te burlas de mí?

— No me estoy burlando de ti. Yo no quería que acabaras en este lugar, no me escuchaste. Pero tampoco...—inspiró, tomando valor— yo no podía permitir que hicieras más daño a esas personas inocentes.

– "Esas personas inocentes " eran asquerosos invasores que no hicieron más que contagiarte. Incluso ahora eres uno de ellos. Ya no te conozco, ya no eres mi hermano.

— No, Jisung —sonrió con tristeza—. Sigo siendo tu hermano, el mismo con el que naciste y creciste. Simplemente me enamoré de un chico de otro país, pero eso no cambia nada. Aún te quiero y siempre vamos a compartir un lazo sanguíneo.

— Ah ¿sí? ¿Y en algún momento pensaste que yo estaba feliz de tenerte en mi vida? —Ante sus palabras tan punzocortantes, él intentó no sentirse afectado—. Toda nuestra vida me hiciste vivir debajo de tu sombra. Eras el mayor, sin importar que fueran unos absurdos minutos, seguías siendo mayor y el preferido de todos. Papá te amaba más y nuestro padre te daba todo lo que pedías. ¿Por qué? Solo porque eras un poco más tranquilo y cariñoso. 'Jisung tienes que ser como tu hermano mayor' 'Tu hermano mayor es bueno en los deportes' 'Chan debe ser alguien respetable para ti'  eran puras tonterías. Todas basadas siempre en que debía ser como tú para agradarle a los demás.

— Claro que no. Solo eras un chico distante y decías lo que pensabas, pero había personas a las que le agradabas tal y como eras —le dijo con seguridad, él negaba—. A mi aún ahora me sigues pareciendo un buen tipo. Te equivocaste, cometiste un error, pero puedes cumplir tu condena y luego rehacer tu vida.

— Tendré veintisiete años cuándo eso suceda, si es que sucede, ¿sabes qué es lo que va a pasar? Tú habrás concluido la universidad, tendrás un empleo, seguramente papá te ponga al frente de la empresa y hayan aceptado tu matrimonio. Y yo, bueno, saldría a enfrentarme a la estúpida sociedad, a mendigar que alguien quiera darme empleo por mis antecedentes, a intentar no morir en el intento por vivir.

— Te juro que cuándo salgas de aquí yo voy a recibirte. Tendrás tu parte de la empresa, te daré trabajo y te ayudaré a que salgas adelante —le aseguró, mirándolo a los ojos—, pero para que eso pueda pasar tienes que cumplir tu condena e intentar cambiar, Jisung. Investigué y hay un programa para que puedas estudiar estando aquí, si mantienes buena conducta podrás empezar la universidad en un año y medio y estudiar. Eso te haría mucho bien, al salir yo te ayudo con lo demás.

El Aforismo De Lo No Dicho (HyunMin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora