Capítulo 21

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El distanciamiento mental comenzaba a ser evidente. Minho estaba ocupado con Chan últimamente, por lo que fue fácil para Changbin notar el cambio en la actitud de su amigo, a pesar de que Hyunjin había estado muy contento por causa de Jeongin, incluso comenzaba a restarle atención.

Changbin, por su lado, lo pasaba escuchando al chica de África, preocupado por Hyunjin, y él a su vez muy ocupado estudiando por su propia cuenta.

— ¿Desde cuándo no te ayuda? ¿Ya le dijiste al profesor Mirren? —Preguntó Chan una tarde, al ver estresado al chico. Jeongin y Changbin prestaban atención cuidadosa a la conversación.

— Diez días —contabilizó, tallando su ceja izquierda—. Creo que rompió el contrato con el profesor, porque ya tampoco se sienta conmigo en clase.

— Bueno yo no soy tan brillante como él, pero puedo solicitar ser tu tutor y no cobrare nada —le sugirió Jeongin, obteniendo la atención.

— ¿De verdad? —Preguntó él con ilusión, el chico asintió seguro de sus palabras— Muchas gracias.

La señora Hwang miró impresionado al muchachito que había ido con su hijo a casa esa tarde. No preguntó mucho, solo permitió que subieran a la habitación para que pudieran estudiar tranquilos. Ese chico era diferente, una belleza específicamente exótica y llamativa.

Hyunjin sentía que apenas había sido ayer cuándo Seungmin estuvo ahí, pero en ese momento Jeongin se encontraba usando el mismo puf que el rubio solía utilizar. Tragó grueso al pensar en ello. De alguna manera no soportaba la idea de reemplazarlo.

— Muy bien solo tienes que mejorar un poco en el desarrollo del procedimiento, el profesor de Derecho es muy exigente con ese asunto.

— Bueno, pero ¿me puedes volver a explicar? Aún no termino de entenderlo.

Jeongin sonrió por su mirar inocente, se levantó un poco para mover el puf y acercarse a él. Hyunjin era como ese pequeño delito que mantenía en su mente. Después de haberle explicado con paciencia, resolvió el supuesto caso de manera perfecta, se sentía complacido. Más que un romance de locura, poder ayudar a Hyunjin le sumaba paz.

— Quedó muy bien. Excelente.

— ¿De verdad? —le observó con ilusión, el castaño asintió sonriente—Espero poder lograrlo en el examen.

— Vas a hacerlo, confío en ti.

— ¿Lo dices en serio?

Tan en serio que le quitó la libreta de la mano, acarició suavemente su mejilla. Teniéndolo tan cerca era imposible no besarlo. Quizás no debería, después de todo quien tenía que hacerlo era él, pero sabía que por la iniciativa propia de Hyunjin jamás ocurriría.

Soñaba con este momento desde que iniciamos el bachillerato y ahora estaba sucediendo. Jeongin era una ilusión que se había vuelto realidad, sin embargo, algo se sentía diferente.

— Lo siento, no pude evitarlo —se disculpó, con una sonrisa coqueta—. Aunque no me arrepiento, en realidad.

— Está bien, también quería besarte —confesó Hyunjin, acercándose nuevamente, parecía haber cobrado el valor suficiente, una mirada directamente a los ojos le bastó para concederle permiso de continuar.

Los siguientes días Jeongin se unió para ir a su casa y continuar estudiando. El bajito hacía valer el tiempo, unas cuantas preguntas de historia, otras de Matemáticas, Biología y el resto de las materias, repasar lo más complicado. Hyunjin consideraba también oportuno robarle cuántos besos pudiera. En el colegio ambos tenían que retenerse. No era novios aún y Hyunjin le advirtió que en realidad no estaba seguro de enfrentarse a ello, por esa razón todo únicamente ocurría tras puertas cerradas, en la habitación del más alto.

El Aforismo De Lo No Dicho (HyunMin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora