El bachillerato tuvo muchas bajas. Los alumnos dejaron de asistir en lo que restaba del ciclo escolar, presentándose únicamente para los examenes finales. No hubo fiesta de graduación para los que se iban. La comunidad y las familias aprovecharon las vacaciones para intentar olvidar y superar las cosas. Cada uno se tomó su espacio hasta que volvieron a respirar, libres.
El colegio AmbRuss había perdido su popularidad de manera considerable. Tendrían una nueva directora, mejores medidas, pero menos de la mitad de la población estudiantil se inscribió para el ciclo. Aunque estuvieron constantemente advirtiendo sobre el acoso escolar e implementando medidas de seguridad y recomendaciones para el nuevo año, era de esperarse que muchos padres decidieran cambiar a sus hijos a otros colegios.
Hyunjin tuvo la sugerencia por parte de sus padres, pero él decidió después de reflexionarlo que era capaz de concluir su último año en el colegio AmbRuss. Jeongin, Minho y Chan también volverían, pero el padre de Changbin insistió en removerlo e ingresarlo a un colegio al otro extremo de la ciudad. Por lo tanto el rubio no estaría más con ellos.
El día de volver había llegado. Hyunjin se detuvo en la entrada del instituto la mañana del primer día del nuevo ciclo escolar. Finales de verano, calor y muy pocos estudiantes. Estaba preparado para enfrentarse a ello.
— ¿Listo para tomar al toro por los cuernos? —Preguntó Chan deteniéndose a su lado, observando las instalaciones. Hyunjin tomó una bocanada de aire antes de asentir.
— ¿Y tú?
— También lo estoy.
Se sonrieron con amplitud. Tomando la decisión de ingresar juntos. Oficialmente eran amigos, además continuaban en el mismo curso, por lo tanto optaron por unir fuerzas. No obstante, antes de dar el primer paso un par de chicos corrió a su encuentro.
— No iban a entrar sin nosotros, ¿O sí?
— De hecho si íbamos a hacerlo —dijo Hyunjin con franqueza, aceptando cuando Jeongin tomó su mano, se le veía contento.
— Recuerden que cualquier cosa que pase estamos juntos.
Hyunjin sabía que era verdad. Que contaba con ellos y aunque Changbin ya no estuviera, seguirían queriéndole. Pero a él le hacía falta, aunque nadie lo entendiera, Seungmin. Avanzó junto a Chan por el pasillo hasta su salón de clases. Su mente hecha un lío mientras imaginaba a quienes volvería a ver y a quienes no. Su respiración se detuvo un momento. De cuarenta y tres alumnos que habían estado juntos los últimos años podía contar apenas unos veinticinco. De principio el grupo de cinco no estaba. No más Jisung, no más Félix ni ninguno de los otros.
— Bueno, entremos —dijo Chan, pero Hyunjin lo notó un tanto tímido, no era usual en él.
Las miradas se posaron en ellos desde el primer momento, murmullos por todos lados. La frivolidad al juzgar de las personas, la insensatez adolescente motivada por el morbo. Era demasiado para sus mentes, pero podían con eso.
— Basta, chicos —ordenó la voz del profesor que ingresaba al lugar, Hyunjin se volvió rápidamente para verla—. Hola, Hyunjin, hola Chan.
— Profesor Mirren —Hyunjin no dudó en abrazarlo con rapidez, contento por su presencia. El adulto correspondió el gesto con una gran sonrisa aliviada, en parte notarlo bien era un consuelo—. Que bueno verlo.
— Me alegra verlos también —sonrió el docente, atrayendo a Chan para sumarlo al gesto—. Este año volveré a ser su profesor a cargo. Así que espero que podamos ser unidos. Y esta vez, por favor, deben contarme si algo malo les ocurre.
— Sí, por supuesto.
Fueron a sus asientos después de ese bonito reencuentro. Chan decidió compartir mesa con Hyunjin. El profesor Yeun se tomó diez minutos antes de comenzar, con la esperanza de que algunos otros alumnos llegasen, pero no parecía que fuera a suceder.
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El Aforismo De Lo No Dicho (HyunMin)
FanfictionHyunjin necesitaba sobrevivir a la crueldad con la que Seungmin y su grupo de "psicópatas" lo trataban cada día. Todos los colegios tienen historias, el colegio AmbRuss tenía la suya, pero era del verdadero terror.